Una inesperada noticia rompió el corazón del reconocido músico Phil Collins hace algunos meses. Su tercera esposa, Orianne Cevey, le dijo que no quería continuar el vínculo marital con él, a través de un mensaje de texto.
"Encontré a otra persona y me gustaría intentar ver si puedo volver a ser feliz", le escribió la mujer en julio pasado, y un mes después se casó en secreto en Las Vegas con el guitarrista Thomas Bates.
Collins y Cevey tienen dos hijos juntos, tras unirse en matrimonio hace más de veinte años. En 2008 se divorciaron y acordaron que el músico le entregue 25 millones de libras. Pero las mariposas en la panza volvieron en 2015, cuando se volvieron a juntar, aunque finalmente el encanto se terminó.
Los matices de esta historia de amor mal habida empeoran porque hace pocas semanas la ex pareja del artista se mudó junto a su nuevo marido a la mansión donde vive el ex Génesis, y se rehúsan a irse.
Por eso, el baterista y cantante pidió a un juez que intermedie y otorgue una orden para que los recién casados y sus cuatro guardias de seguridad abandonen a la propiedad. De no cumplirla, pueden ser arrestados por la policía.
Este no es el primer escándalo amoroso de estas características que protagoniza Collins. Décadas atrás, fue acusado de dejar a su segunda esposa, Jill Tavelman, por fax.