María José Riera, madre de la cantante y actriz Lali Espósito, compartió públicamente por primera vez su experiencia de lucha contra el cáncer, un testimonio que busca concientizar sobre la importancia de prestar atención al cuerpo y a las emociones. En vísperas del Día Internacional de la Lucha contra el Cáncer de Mama, Majo reveló detalles de ese difícil proceso en el programa de streaming PLP, conducido por su hija menor, Anita Espósito, junto a Flor Jazmín Peña y La Joaqui.
Riera, quien también forma parte del equipo de trabajo de Lali, habló de cómo afrontó el diagnóstico en medio de otro momento personal complejo: la separación de su esposo, con quien estuvo casada 35 años. “Hice todo lo que tenía que hacer, incluído raparme y perder todo mi pelo”, explicó, aunque dejó en claro que no buscaba dar un mensaje exhaustivo sobre lo que implica el tratamiento oncológico. “Lo que quiero decir es que le den bola al cuerpo y a las emociones”, agregó.
Majo contó que durante ese tiempo, tomó la decisión de separarse y comenzar una nueva etapa de vida en soledad. “Cuando estás en un estado de vulnerabilidad, lo que menos necesitás es la angustia del otro, necesitás que el otro te ponga el hombro. Yo no me podía bancar la angustia del otro, porque apenas podía con la mía y no quería arrastrar a alguien que no podía pasar por ese proceso por otros motivos a que lo viva. Así que decidí tomar otro camino”, señaló. A pesar de lo difícil del momento, sus hijas, Lali y Anita, la apoyaron incondicionalmente.
Riera recuerda que en una conversación por Zoom desde España, donde Lali estaba viviendo, les contó su decisión de separarse, y la cantante le ofreció su casa para que pudiera establecerse mientras superaba este proceso. “Fui con una cafetera, la computadora y los libros, nada más. Y en esa casa se armó un espacio donde se vinieron a vivir todas mis amigas conmigo y se turnaban para cuidarme”, explicó sobre aquellos años. La mujer también recordó que cuando tuvo que raparse, no sintió miradas de lástima sino de orgullo y aceptación.
Actualmente, aunque ya no tiene cáncer, Majo sigue con un tratamiento de inhibición hormonal, dado que su enfermedad era hormonodependiente. “Tomo una medicación que inhibe las hormonas para que, si alguna célula queda dando vueltas, no tenga de dónde agarrarse”, explicó. Además de su tratamiento, implementó importantes cambios en su estilo de vida. Ahora mantiene una rutina de ejercicio constante y ha mejorado su alimentación. “Hago ejercicio cinco días a la semana, juego al paddle, hago gimnasia, voy y vengo”, contó, destacando también la importancia de rodearse de buenas relaciones emocionales y de cuidar tanto el cuerpo como la mente. “Este es el único envase que tenemos”, reflexionó.
Finalmente, Riera recordó un emotivo momento al final de su tratamiento en el Hospital Austral. Después de terminar sus sesiones de radioterapia, pidió sacarse una foto con una copa de fútbol que estaba en el hospital, como símbolo de su victoria personal. “Yo la veía siempre arriba del escritorio de la secretaria y pensaba que el día que terminé mis sesiones le iba a pedir la copa”, explicó y siguió con el relato: “El día que terminé levanté la copa, me saqué la foto y se la mandé a mis hijos”. “Y todos respiramos”, agregó su hija, Anita, totalmente conmovida y orgullosa de su madre.
Tanto madre e hija, como el resto de los integrantes del programa, hablaron sobre la importancia de los chequeos recurrentes y destacaron cómo, una detección temprana, puede cambiarlo todo.