Los hijos, el resto de sus familiares, los amigos y aquellos que llegaron a conocerla y supieron de su don de gente, de su generosidad, de su gentileza y de su simpatía están, literalmente, "bailando en una pata": cinco meses después del accidente doméstico que casi le cuesta la vida, se pudo ver la primera foto de Pata Villanueva sonriente y dispuesta a seguir disfrutando de la vida. Alegría y esperanza para todos ellos, entonces.
La imagen la subió uno de sus hijos, Robertino Tarantini, a su cuenta de Instagram. El y su hermana visitaron "a la mama" y como la vieron sonriente y de buen semblante decidieron eternizar el momento con un simple click del celular. Como la foto les gustó a todos, la postearon en las redes y rápidamente consiguieron miles de likes y cientos de comentarios saludando la recuperación de Pata.
Además de ser una mujer de carácter fuerte y enérgico, Pata Villanueva es una de las mujeres más respetadas y queridas del ambiente. Compinche, divertida, amena, frontal, sincera, directa y sensible, ha caído muy bien en todos los ámbitos en los que le tocó trabajar o desarrollarse. Por eso la noticia de su accidente generó una fuerte cadena de deseos de que lo pudiera superar.
Este verano, mientras transitaba la cuarentena en una propiedad ubicada en Punta del Este, Uruguay, Pata sufrió un fuerte accidente doméstico que no sólo obligó a su internación. A las pocas horas el cuadro se complicó de tal manera que debieron inducirla a un coma farmacológico. Sus hijos tuvieron que viajar de inmediato, sorteando todos los inconvenientes que presentaba en ese momento el cerrojo sanitario que había impuesto Uruguay a quienes llegaban desde Argentina.
Fueron semanas difíciles. Para todos. Principalmente para la ex modelo, pero también para sus hijos y sus seres cercanos. Por eso ahora, en el momento del primer desahogo, se entienden un poco sus expresiones de calma y tranquilidad. “El mejor regalo que podría pedir en mi cumpleaños: Mamita jugando un partidazo”, escribió Robertino, emocionado. El muchacho es hijo de Pata y del ex futbolista Roberto Tarantini, campeón del mundo con el seleccionado nacional en 1978.

Visiblemente feliz, Robertino cerró su posteo con un sentido “¡Ya vamos a estar bailando muy pronto juntos! Gracias por existir y por esa fuerza que da cátedra ¡Te amamos!”. Con ese deseo celebró un nuevo paso en la recuperación de su mamá. Nunca mejor dicho: están todos bailando en una pata.