El año pasado Sandra Bullock sorprendió al mundo del espectáculo con el anuncio de que se retiraba momentáneamente de la actuación para poder dedicarse a la crianza de sus hijos Louis, de 12 años, y Laila, de 10, a quienes adoptó en 2010 y 2015, respectivamente.
La actriz que saltó a la fama con la película Máxima velocidad, que protagonizó junto a Keanu Reeves, tiene otro talento. Además de su faceta de artista, la productora y protagonista de Bird Box se convirtió en una magnate del mercado inmobiliario: llegó a poseer no menos de 17 propiedades, repartidas a lo largo y ancho de los Estados Unidos.
Ahora, ha cerrado la venta de una espectacular villa de 36 hectáreas en Valley Center, al noreste de San Diego (California) en apenas unos meses. De su precio de publicación en US$6 millones , ha concretado la operación en US$5,6 millones.
La residencia de más de 550 m² en una sola planta está rodeada de cerca de 1200 árboles y plantas, entre eucaliptos, aguacateros y rosales, y cuenta además con una piscina de agua salada y spa.
La residencia de más de 550 m² en una sola planta está rodeada de cerca de 1200 árboles y plantas, entre eucaliptos, aguacateros y rosales, y cuenta además con una piscina de agua salada y spa.
Al lado, se ha levantado una casa prefabricada de tres dormitorios y dos baños. Pero el rancho tiene espacio para construir un complejo residencial, un viñedo o tener instalaciones ecuestres. Ya cuenta con una piscina de agua salada con spa e instalación de placas solares.
Las propiedades de Sandra
Entre las propiedades que tiene la actriz se destacan una mansión frente al lago en Austin, Texas, donde también tiene un restaurante llamado Walton’s Fancy and Staple, que además vende delicatessen, flores y artículos de regalo.
A su vez, cuenta con un complejo de dos casas en la cima de una colina en Jackson Hole, Wyoming; un departamento en el Soho de Nueva York, por el que pagó US$3,5 millones en 2000; una casa victoriana gótica de 600 metros cuadrados en Nueva Orleans; y una mansión de 15.000 metros cuadrados, en Beverly Hills, que compró por poco más US$16 millones.
