El año pasado, Julieta Prandi tomó la decisión de separarse de su marido, Claudio Contardi, tras vivir varios episodios de agresiones que la llevaron a denunciarlo por violencia familiar. Luego de atravesar situaciones muy graves, durante el matrimonio pero también en la separación, finalmente la modelo pudo regresar a la casa que había abandonado tras su ruptura.

“En su momento tomé la decisión de salir de mi propia casa porque creí que era lo correcto. Quizá, si hubiese estado con otro pensamiento, hubiese optado por lo que a veces le recomiendo a las mujeres que se me acercan: pedir la exclusión del hogar. Porque el hombre es el que tiene que dejar la casa”, empezó contando Prandi en La noche de Mirtha.

“Hace poquito tuve un avance judicial: el juez me restituyó el hogar conyugal, que fue el último hogar de mis hijos. Me encontré con una casa devastada y vacía. Voy a tener que hacer una obra para poder volver a habitarla. Hay que renovarla toda, hay que arreglarla y hay que amueblarla”, detalló la modelo.

Prandi también contó que Contardi la estafó en varias ocasiones, pero que ya no tiene esperanzas de recuperar ese dinero: "Hay dinero que perdí y no importa. Yo eso lo voy a reconstruir. Pero ahora lo estamos intimando para que pague los alimentos que no pagó jamás. Así que hay que embargarlo”.

La conductora hizo referencia al momento en el que decidió separarse de Contardi. "Yo ya estaba en un momento en el que había apagado el botoncito y estaba en ‘off’. Quedás en un estado de depresión y en piloto automático, en el que crees que la vida es eso y te tenés que adaptar. Hasta que amigos y gente que ve cómo estás te hacen abrir los ojos. Pero no es tan sencillo y más cuando estás con criaturas”, dijo.
"Mis hijos vivieron un montón de situaciones que hubiera preferido evitar. Mateo con nueve años entiende cosas de adultos. ‘Yo no quiero que nadie más te estafe’, me dice. Yo permanecí casada mucho tiempo por los nenes, con miedo a tomar decisiones y sosteniendo una cosa teatral para ellos”, explicó la modelo.
“Yo estoy educando a dos hombres, que en el futuro iban a entender que eso es lo que tienen que hacer las mujeres: soportar y ser sumisas. Pero les enseñé que no, que era hasta acá y que no había que aguantar ninguna relación abusiva”, concluyó Julieta.