Otro de los hombres de las redes sociales de esa generación es Santiago Maratea, que se despegó un poco de La Faraona, y aprovechó para autoincriminarse con la visibilización de tuits muy polémicos, en lo que incitaba al femicidio o en los que defenestraba a diestra y siniestra. Justamente, ayer el ex Vorterix propuso una campaña sobre que la palabra mogólico no es insulto.

En ese ruido en las plataformas, que alcanzó a convertirse en tendencia, Jorge Rial intervino y expuso: “¿Esto es de verdad? ¿Este pibe plantea esto? Cómo va cayendo esta secta de inútiles. Amigo de La Faraona. Mucho más no se puede esperar”.


“Si sos un influencer quiero tu opinión, ¿por qué no te jugás una vez en tu puta vida Maratea? ¿Para vos está bien o está mal usar mogólico como insulto?”, bramó Rial.
Claro que se desató una catarata de opiniones en la red social, con muchas intervenciones. Todo ese entuerto continuó en Intrusos, donde el conductor le dedicó muchos minutos a debatir respecto al rol de los influencers y responderle con mayor profundidad a Maratea.

En una acalorada tensión en la atmósfera, Jorge exclamó: “Si sos un influencer quiero tu opinión, ¿por qué no te jugás una vez en tu puta vida Maratea? ¿Para vos está bien o está mal? Eso es lo que quiero saber. Partamos de la base que decir mogólico está mal, después si lo querés decir estás en tu derecho, pero asumirás las consecuencias”.


“Es vivo, tiene cara de pelotudo, pero no lo es. Con lo de mogólico nos envuelve a todos en una polémica que no existe”, gritó Jorge.
Mientras revisaban tuits de Maratea en los que incitaba al femicidio, Rial volvió a dirigirse al joven: “Quiero una diferenciación acá, le preguntaría a Maratea si sigue pensando lo mismo que en 2013, porque Cirio sí demostró seguir pensando lo mismo”.


Por otra parte, Guido Záffora intentó explicar el origen, o la intencionalidad, del hashtag del influencer, con virulencia Jorge bramó: “El abre el juego para que todos cambien, pero ¿él cambió? Él lo que hace es involucrarnos a todos en una discusión, es vivo, tiene cara de pelotudo. Con lo de mogólico nos envuelve a todos en una polémica, y hacernos cómplices cuando no hay polémica. Con todo esto nos quiere envolver que tenemos que cambiar, cuando tendría que cambiar personalmente”.