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Espectáculo

El testimonio del recepcionista del doctor Mühlberger: "A los pacientes se les daba té con clonazepam sin avisarles"

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Luego de que se diera a conocer la detención del doctor Mühlberger, conocido por haber atendido a decenas de famosos, uno de sus empleados salió a contar cómo era para trabajar con él. Se trata de Juan Roccabruna, quien hasta la semana pasada trabajaba como recepcionista en la clínica del profesional detenido.

Tras publicar una serie de videos en su cuenta de Instagram, donde brindó detalles sobre su experiencia, Roccabruna fue invitado al piso de Intrusos para dar su testimonio y seguir sacando a la luz los detalles más escabrosos sobre Mühlberger.


"En la clínica yo tomaba turnos, atendía el teléfono, hacia el presupuesto de los suplementos del doctor. La gente los pagaba en la clínica y lo pasaba a buscar por la vuelta. Nosotros también entregábamos vacunas y sueros, que se ponían ahí. Lo que él recetaba se entregaba fuera de la clínica, el 80% de lo que él daba era de su dietética, que él decía que erra de su propiedad. Algunas cosas podían comprarlas en otros lados, pero había cosas específicas que solo estaban ahí. Eran cosas con nombres de fantasía", empezó contando Roccabruna.


Mühlberger manejaba precios elevados, pero no eran iguales para todos. "Todos los presupuestos se manejan en particular, a nadie se le cobra igual. Hay una lista de precios, pero todos tienen descuentos o se les cobra más. Si es gente de dinero se le cobra más, cada persona pagaba algo distinto, por eso era tan complicado llevar la contabilidad", explicó el joven.
Juan contó que el fin de semana recibió amenazas por parte de la abogada de Mühlberger, luego de que él compartiera su testimonio en Instagram. En esta ocasión, y en compañía de su abogado, se animó a dar un paso más allá y contó detalles desconocidos sobre la clínica. Por ejemplo, explicó cómo se llevaban a cabo los "procedimientos", tal y como los llamaba el profesional detenido.

"Había un área restringida donde él tenía dos consultorios y aparentemente era donde él hacía los procedimientos. Tenía otros consultorios donde se hacía la parte de estética. El lugar restringido tenía un cartel en la puerta, ahí estaba el depósito y por eso yo entraba. Nosotros no podíamos decir cirugías, teníamos que decir “procedimientos estéticos”, eso era muy importante. Todo pasaba por los ojos", relató Roccabruna.
"Yo trabajo ahí desde enero y no soy boludo, pero el jueves me enteró que ni tenía habilitación. Y ahí es donde caigo y pienso “¿Qué estoy haciendo yo en este lugar?”. Nosotros estuvimos atendiendo antes de la cuarentena obligatoria pero cuando ya estaba el COVID-19, incluso sabiendo que atendemos a personas de mucho dinero que viajan a Europa", agregó.


Juan también contó aspectos desconocidos e impensados sobre la cotidianidad en el consultorio: "Los políticos no figuran con su nombre sino con un número. No se que se hacen los famosos porque hay un blindaje cuando vienen ellos".
El joven recepcionista había sido el encargado de poner en la puerta del lugar un cartel donde se anunciaba que el doctor Mühlberger ofrecía un "antiviral" para prevenir el coronavirus. "El cartel es la punta del iceberg de este plan de marketing. Él en sus redes internas, de la clínica, nosotros promocionamos una atención de prevención del coronavirus. Atendíamos consultas por eso, cobrábamos 4 mil pesos y él les recetaba el antiviral", declaró Juan.

"Yo empecé a tener cierta contradicción porque las personas que llamaban, por ejemplo, habían vuelto de viaje. Yo les aclaraba que era una defensa…, a mi nadie me indicó que dijera eso pero me parecía lo correcto. 4500 pesos salía el frasco de 60 pastillas que dura un mes, porque él indicaba tomar dos por día. Nosotros le tomábamos el turno y la persona venía. Cualquiera de los profesionales de la clínica podía atenderlos porque solamente les iban a recetar el antiviral. La consulta salía seis mil pesos", describió Roccbruna, dejando boquiabiertos a todos los panelistas de Intrusos.
Por otro lado, Juan también contó que Mühlberger era "un maltratador". "Él es un tirano. No se si vieron El diablo viste a la moda, pero es Miranda Priestly. Siembra miedo a su alrededor. Yo le veo los hilos a la gente, enseguida me di cuenta de que era un encantador de serpiente. La entrevista fue rara. Me siento en su consultorio me pide la mano, me lee la mano, me dijo que era un “rey sin corona”. Se empezó a jactar de sus libros, empezó a decirme que tenía que leer sus libros porque “para amar a alguien hay que admirarlo”", relató el joven.

El invitado luego pasó a contar cómo fue el momento del allanamiento de la clínica, que ocurrió cuando él recién empezaba el día.
"Yo entro a las 10 de la mañana, después llegó mi jefa, la secretaria del doctor. 10.30 de la mañana tocan el timbre y abro la puerta. Eran una inspectora y un policía, me muestran una identificación y los hago pasar. Le piden a la secretaria del doctor una habilitación y pasó lo que pasa siempre ahí…, la burbuja siguió hasta las 17: los hicieron sentar, les ofrecieron algo para tomar. Fue todo muy paulatino, eran primero dos personas y terminamos siendo 30 personas ahí adentro", empezó contando Juan.

"Mühlberger llegó 11.30, antes de las doce. Cuando él llegó ya sabía todo, me imagino que su secretaria le avisó. Él llegó todavía en la burbuja…, impecable, hablando como médico. Lo primero que hace la inspectora es pedirle la matrícula y él actualmente le pide que lo llame doctor. La inspectora le responde que él la había llamado por el nombre, aunque era licenciada.Cuando le pide la matrícula, él en vez de dársela les dice a todos que tenían que leer sus libros. Cada papel que le pedían él le gritaba a la secretaria. El doctor finge demencia en todo", agregó.
Según contó Juan, Mühlberger estuvo circulando por la clínica, subiendo y bajando las escaleras. En un momento, anunció que iba a salir al aire en diálogo con Chiche Gelblung, pero el jefe de policía le dijo que no podía hacer nada, no podía hacer ninguna llamada ni irse.

Juan continuó con su relato: "La empleada de limpieza estaba limpiando con lavandina y el policía se puso nervioso porque empezó a pensar que quizás los empleados querían sacar papeles o cosas así. A mi me preguntaron qué tarea realizaba y yo contesté todo, pero en un momento mi jefa me hizo la señal de que cancelara pacientes. Yo lo hice, le mandé WhatsApp a esas cinco personas que tenían turno.Ese día tenía como paciente a una jueza importante y a Rocío Oliva".
Finalmente, apareció la figura de Moria Casán: "En un momento el doctor baja y empieza a regalarle su libro a los policías. En un momento se acercó a charlar con nosotros y nos dijo que se iba a ir a España porque allá nunca tenía problemas legales. Nos dijo que lo envidiaban porque atendía famosos, que le había salvado la vida a famosos. En esa reunión nos dijo que nos quedáramos tranquilos porque él tenía a Moria y Moria lo respaldaba".
El momento más tenso de la entrevista llegó cuando el recepcionista reveló un dato impactante: en muchas ocasiones se le administraba clonazepam, un fármaco que actúa sobre el sistema nervioso central y que solo debe darse bajo pedido expreso de un médico y con receta, sin que ellos supieran.
"En la recepción los pacientes podían tomar te rojo, agua con pepino y limón y también había frutos secos. A cada paciente que se le hace un procedimiento, si está nervioso se le avisaba que tenían que llevarle un te con gotas de clonazepam. Había un frasco de clonazepam en la cocina y se le ponía al te sin avisarle a las personas", contó Juan, frente a la indignación de todos los presentes.

El joven también confesó haber escuchando quejas de pacientes: "Por ejemplo, uno de los procedimientos que él hace es ensanchamiento peneano. Tiene mucho tabú eso, y mucha gente tuvo problemas con este procedimiento. Yo recibí el mensaje de la esposa de un hombre que se lo había hecho y tenía nódulos y dolor. Yo le pasé el mensaje a mi secretaria, esos procedimientos si los hacía él".
Juan también comentó algunos datos insólitos sobre la clínica. "En mi primera entrevista la secretaria me preguntó si era "del bando del doctor" y qué series de Netflix miraba. También me preguntó si era cholulo. Es un requisito excluyente para trabajar en la recepción tener la misma orientación sexual que el doctor. Los residuos patológicos están en el mismo lugar que las hojas. Yo una vez fui a buscar unas hojas, no me di cuenta y pisé un charco de sangre. Llené de sangre toda la recepción".

Según contó el invitado, Mühlberger se asustó cuando le dijeron que se lo iban a llevar detenido, alrededor de las 16.30, pero mantuvo el personaje. "Lo más impactante fue cuando el coordinador de inspectores se acerca a uno de los consultorios restringidos y encuentra cosas vencidas, de 2011. El doctor empieza a explicarles y a partir de ahí le dijeron que fuera a su oficina y no saliera. Yo le subí el teléfono cuando llama uno de sus abogados y le vi la cara, estaba muy asustado", describió Juan.
Por último, el joven comentó que Mühlberger en las últimas semanas estaba entregando un producto nuevo bajo el nombre de "solución mineral" "Nadie sabe que tenía porque ni etiqueta tenía. Salía seis mil pesos y era una botella de medio litro. Eso lo da junto al antiviral", explicó, y agregó: "Yo tuve el privilegio de tener cierto respaldo, porque mucha gente que trabajó ahí está muerta de miedo. ¿Cómo no van a tener miedo si atienden jueces, gente importante?".

"Yo no tengo nada en contra de Moria, pero es como Muhlberger. Son felices si los mantenés dentro de esa burbuja. Gracias a que tengo la seguridad de que el doctor tiene una causa judicial siento cierta compañía. Porque antes no tenía forma. Yo el jueves me enter´de que la clínica no estaba habilitada, que mi permiso era trucho y tengo un antecedente", concluyó Juan.

Fuente: Pronto
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