La reciente participación de Araceli González en el programa La Noche de Mirtha dejó uno de los momentos más conmovedores de la televisión de los últimos días. La actriz se quebró en vivo al hablar de su relación con Adrián Suar, su expareja y padre de su hijo Tomás, y expuso con honestidad el costo emocional que tuvo para ella la ruptura y el paso del tiempo.
El clima cambió cuando Mirtha Legrand le preguntó por el vínculo actual con Suar. Visiblemente afectada, González respondió entre lágrimas: “No me llevo. Pero no por una elección mía”. Luego profundizó sobre las dificultades que suelen aparecer tras una separación: “Hay veces que las partes eligen que sean así los vínculos cuando se terminan”.
Sin esquivar el tema, la actriz habló del contexto que rodea a su expareja y cómo eso influyó en la distancia: “Yo sé que Adrián es un hombre muy poderoso en la televisión y a veces te rodea muchísima gente. No siempre es todo bueno. Es difícil dosificar con quién te quedás y con quién no. Yo creo que fui la no elegida”. Aun así, destacó su respeto por la trayectoria de Suar y su rol como padre: “Es un hombre muy talentoso, que apostó y cambió la televisión argentina. Muchas veces le digo a Toto que no tiene conciencia de lo que fue su papá”.
González también comparó esta experiencia con su primer matrimonio, del que nació Flor Torrente, y marcó la diferencia entre separaciones que logran recomponerse y otras que no. “Divorciarse no es fácil. Con el tiempo hubo un regreso desde el agradecimiento. Eso es conciliar. Pero a veces no se puede”, reflexionó.
La actriz hizo especial hincapié en el impacto de la exposición mediática sobre su familia, sobre todo al recordar el nacimiento de su hijo: “Cuando Toto nació parecía que nacía el príncipe Carlos”. Y diferenció la intimidad del hogar de lo que queda expuesto públicamente: “La parte dolorosa es la que queda en la prensa, y con eso yo no puedo hacer nada”.
El momento más emotivo llegó cuando, entre lágrimas, confesó: “Yo solté, trabajé mucho soltar. Es un hombre que amé con toda mi alma y tuve que soltar”. González explicó que muchas de sus decisiones estuvieron guiadas por la necesidad de proteger a sus hijos: “Me hace sufrir mucho ver sufrir a mi hijo. Mi rol fue cuidar y defender lo que tenía que defender por detrás de cámara”.
En ese camino, contó que se alejó de la televisión para reconstruirse, atravesada además por años difíciles marcados por la pandemia y la muerte de su madre. “Muchas veces me alejé para construirme a mí misma y dedicarme a mis hijos”, señaló.
Hacia el cierre, Araceli habló de su presente con serenidad y agradecimiento. “Hoy estoy con un hombre hermoso, Fabián Mazzei, que ha sanado muchos dolores. Mis hijos lo aman y es mi presente”, expresó, dejando en claro que, tras el dolor, logró encontrar equilibrio y contención.