En el imponente marco de la Basílica de Luján, este domingo 27 de octubre, el eco de la fe católica resonó con un aire festivo y familiar cuando Laia y Aimé, hijas de los ex participantes de Gran Hermano, Daniela Celis y Thiago Medina, recibieron el sacramento del bautismo. Un rito de profundo simbolismo para la pareja, que celebró así la llegada de sus pequeñas nacidas el 29 de enero de este año.
Este evento, que representó no solo el inicio del camino espiritual de las gemelas, sino también un acto de reunión para familiares y amigos cercanos, contó con la presencia de varias caras conocidas. Entre los padrinos de las niñas destacaron Nacho Castañares y Julieta Poggio, también exintegrantes del reality de convivencia, quienes compartieron su emoción a través de sus redes sociales. A ellos se unieron Mara, hermana de Daniela, y un amigo cercano de la pareja, completando el círculo íntimo en torno a las bebés.
A través de un video publicado en la cuenta de Instagram de las gemelas se pudieron ver los preparativos para lo que sería esta jornada tan especial, en la que nadie quiso quedar afuera. Así, por caso, todos los invitados a través de sus redes compartieron diferentes momentos de la jornada.
Por caso, Julieta, con la dulzura que la caracteriza, compartió en su cuenta: “Bautismo de mis ahijadas”, acompañando un video en el que se capta el momento exacto en que el agua bautismal roza la frente de una de las gemelas. A la ceremonia, asistió junto a Pato, su madre, como testigo de este importante evento familiar. Nacho, por su parte, se hizo presente en el lugar junto con su novia Constanza “Coty” Romero y su padre Rodo Castañares.
Los padres de las niñas, Thiago y Daniela, optaron por looks que capturaron la esencia de la ocasión: suaves tonos de rosa, beige y blanco para reflejar la ternura de la ceremonia. Ella, con un vestido corto blanco, acompañado de un blazer rosa y botines cortos, marcó un estilo elegante y fresco, mientras que Thiago se decantó por un conjunto cómodo de camisa de mangas tres cuartos, remera y pantalón corto.
El toque tradicional lo aportaron las gemelas, que lucieron vestidos blancos, decorados con volados en los hombros y una delicada espalda descubierta. Sus faldas, adornadas con broderie, evocaron la pureza propia de la ceremonia. Como accesorio, llevaron pequeñas vinchas a tono y, en un gesto tierno, permanecieron descalzas.
Para completar el día, la familia y amigos cercanos se trasladaron a la casa de los padres de las gemelas, donde la celebración continuó en un ambiente de calidez y alegría en un ambiente preparado especialmente para la ocasión, lo que reflejó el amor y la cercanía de los presentes. En un mensaje cargado de emoción, Daniela había adelantado la importancia de este momento en sus redes: “Mis bebés no saben el día que les espera mañana y todo lo que preparamos con mucho amor para ellas”. Con estas palabras, la madre anticipaba la jornada que quedaría marcada en la memoria de todos.
Así, la ceremonia del bautismo de Laia y Aimé no solo fue un momento de fe, sino también una celebración de amor y unión, donde cada detalle, cada gesto y cada persona presente tejieron una red de cariño en torno a las gemelas, al recordar que más allá de la televisión, los lazos familiares y la fe encuentran siempre un espacio profundo en el corazón.