Discos de vinilo, un caloventor, un rizador de pelo, una budinera, un espejo, un humidificador, un televisor, micrófonos y un panel acústico para grabar podcast son algunos de los objetos que la actriz y psicóloga puso a la venta en aquella red social. “Se retira por Belgrano”, informó en cada una de las fotografías de los objetos, que tenían sobreimpreso el precio de cada uno de ellos.
En uno de los videos explicó la modalidad en la que se llevarían adelante las ventas, en el que denominó el “Mercadito de Cami”. “Voy por orden de llegada. Al primero que me escribe, le respondo. Y si esa persona tarda, voy por el segundo y así sucesivamente, pero yo respeto el orden de quien me escribió primero”, precisó. Una vez efectuada cada venta, la hermana de Luciana Salazar lo informaba a sus seguidores.

Cuando le preguntaron por qué estaba deshaciéndose de sus pertenencias, explicó, escueta y contundente: “Vendo todo. Me voy a la mierda”. A pesar de que ella evitó dar precisiones sobre su nuevo destino, en ese preciso momento comenzaron a correr los rumores de que se instalará junto a su esposo, el productor Juan Ignacio “Mela” Meliton en España.
También en sus historias, Salazar mostró que ya se despojó de sus plantas y contó que se realizó el hisopado de necesario para abordar un avión. En su caso, decidió hacer el de saliva porque, según reveló, el nasal le da terror.
Así, la actriz de Patito Feo se sumó a la tendencia que inauguró Viviana Saccone. Sin dudarlo, la protagonista de Los ricos no piden permiso utilizó las redes para informar que su casa está en venta y encontrar posibles compradores. También eligió Instagram como plataforma de difusión. Allí, sobre una foto de su casa, reveló los detalles de la propiedad junto a un teléfono de referencia.