
El partido entre Independiente y Platense, correspondiente a la fecha 6 de la Zona B del Torneo Clausura, fue suspendido por disposición de la Agencia de Prevención de Violencia en el Deporte (Aprevide). El encuentro, que debía disputarse este domingo en el Libertadores de América-Ricardo Bochini, será reprogramado mientras avanza la investigación judicial por los incidentes del miércoles pasado.
La medida se tomó luego de que la Fiscalía N°4 de Avellaneda solicitara la clausura parcial del estadio por los hechos violentos ocurridos en el duelo contra Universidad de Chile, donde barras del Rojo y del club chileno protagonizaron graves enfrentamientos. En un primer momento, el Juzgado de Garantías N°3, a cargo de José Luis Arabito, había autorizado que el partido se juegue a puertas cerradas o en otro estadio. Sin embargo, el informe elevado por Aprevide a la Liga Profesional determinó la suspensión definitiva.
Desde el club, a través de un comunicado, expresaron:
"Aceptamos la solicitud de Aprevide para postergar el partido ante Platense, con el objetivo de que pueda jugarse con público, en nuestra cancha y en la fecha que disponga la Justicia. Los socios e hinchas de Independiente fueron víctimas de lo ocurrido y nuestro compromiso es que puedan asistir a alentar al equipo".
El ministro de Seguridad bonaerense, Javier Alonso, había anticipado la decisión en declaraciones radiales: "Tengo entendido que el fiscal ya pidió la clausura del estadio porque hay manchas hepáticas arteriales en la tribuna; hay que hacer pericias."
El saldo de los destrozos en el Libertadores de América
Las inspecciones posteriores mostraron la magnitud de los daños: puertas y portones arrancados, baldosas rotas, restos de inodoros y bachas destruidos, caños de agua dañados y conexiones eléctricas afectadas. Incluso un sector de comidas y áreas de limpieza quedaron completamente desmantelados.
Ante el riesgo de sanciones severas, el presidente Néstor Grindetti defendió en Asunción que el club cumplió con las recomendaciones de Conmebol y de la seguridad provincial, aunque no descartó posibles castigos, como partidos sin público o hasta la expulsión de la Copa Sudamericana.