En un duelo cargado de historia para ambos, Independiente Rivadavia venció 2 a 1 a Central Córdoba de Rosario y se metió por primera vez en los cuartos de final de la Copa Argentina. El elenco mendocino fue de menor a mayor y se terminó imponiendo sobre un rival que venía de dar dos batacazos y volvió a mostrar su carácter.
Para los de Alfredo Berti, ya era un partido especial: nunca habían superado los 16avos de final. Del otro lado, el Charrúa —que milita en la Primera C— venía de eliminar nada menos que a Sarmiento de Junín y Gimnasia La Plata, y se ilusionaba con seguir escribiendo su cuento de hadas.

El primer tiempo fue parejo. Central Córdoba apostó a esperar y salir rápido, con Messi y Marín como ejes del ataque. Justamente, el 11 se las ingenió para generar una falta cerca del área y Marín, el goleador rosarino, volvió a aparecer como ante Sarmiento y el Lobo, esta vez con un golazo de tiro libre para abrir el marcador.

Sin embargo, sobre el final de la etapa inicial, apareció la jerarquía de Sebastián Villa, quien fue imparable por ambas bandas. De sus pies nació el centro que terminó en el gol de Villalba, para el 1-1 que le devolvió vida a la Lepra.

En el complemento, los mendocinos fueron ganando terreno y comenzaron a marcar diferencias físicas y tácticas. La expulsión de Marín complicó al Charrúa, que aguantó hasta donde pudo. Y en la última jugada del partido, tras un cabezazo de Arce, Cardillo empujó la pelota para sellar el 2-1 y desatar la locura leprosa.

Ahora, Independiente Rivadavia espera rival en cuartos de final: será San Lorenzo o Tigre. Central Córdoba, pese a la eliminación, se despide con la frente en alto y habiendo dejado una huella histórica.