La previa del partido entre Independiente y Rosario Central volvió a quedar manchada por la violencia. Pablo “Bebote” Álvarez, histórico jefe de la barra brava del Rojo (hoy líder de una de las barras disidentes), fue detenido junto a su ladero Alejandro “Terremoto” Caiño y alrededor de 150 integrantes de su facción en una operación policial desplegada a pocas cuadras del estadio Libertadores de América-Ricardo Enrique Bochini. El procedimiento, realizado en la zona conocida como los Siete Puentes, buscó frenar una escalada que en los últimos días había encendido todas las alarmas.
Las detenciones se produjeron mientras el grupo se reunía en ese punto estratégico antes del duelo por la última fecha del Torneo Clausura. Aunque en ese momento no se registraban incidentes, las autoridades actuaron de manera preventiva ante las amenazas cruzadas entre la facción de Álvarez y la barra oficial, que todavía no había arribado al lugar. La imputación para los arrestados incluye resistencia a la autoridad y violación del artículo 5 de la Ley de Deportes, que sanciona la instigación a la formación de grupos violentos.
Durante el operativo hubo enfrentamientos con la Policía que dejaron al menos cuatro heridos por postas de goma, derivados al hospital zonal. Todos los detenidos fueron trasladados a la comisaría 1ª de Avellaneda y, en ausencia de episodios graves, podrían recuperar la libertad en las próximas 24 horas.
Una semana de amenazas abiertas
La tensión venía en aumento desde días atrás. Bebote Álvarez había hecho pública su intención de recuperar la tribuna popular norte, históricamente controlada por su facción. La barra oficial —autodenominada Los Dueños de Avellaneda y liderada por Juan Ignacio “Juani” Leczniki y Mario Nadalich— respondió con advertencias directas y un mensaje contundente: no dejarían avanzar a su antiguo jefe.
El conflicto se agravó con videos, publicaciones en redes sociales y exhibiciones de banderas que Álvarez aseguró haberle arrebatado a la facción oficial. Como contrapartida, Leczniki y Nadalich organizaron una reunión en el club Juventud Unida, en Barracas, donde más de 300 barras negaron el supuesto robo y redoblaron la amenaza con un cántico intimidante que dejó expuesto el nivel de hostilidad: “Bebote, querido, te vamos a cagar a tiros”.
El operativo de este sábado se inscribe en una larga saga de disputas por el control de la tribuna y de los negocios ilegales que orbitan alrededor del club. Aunque las detenciones calmaron momentáneamente el clima previo al partido, la puja por el poder dentro de la barra de Independiente continúa siendo un problema estructural que ni los cambios dirigenciales ni los operativos de seguridad lograron desactivar.