La gimnasta estadounidense de origen asiático, Sunisa Lee, ganadora de un oro en los Juegos Olímpicos en Tokio, fue víctima de un ataque racista, contó ella misma durante una entrevista concedida a Pop Sugar.
La gimnasta, de ascendencia asiática, esperaba un taxi en la calle con sus amigas cuando desde un coche comenzaron a insultarlas por sus raíces. "Ching, chong", fue una de las frases que más repitieron e incluso les insistieron que "vuelvan por donde vinieron".
Uno de los pasajeros llevó el ataque un paso más adelante: roció el brazo de Lee con gas pimienta. Si bien la atleta se enojó, prefirió no responder y evitar ser la protagonista de un incidente público.
Fuente: RT