No era un partido más. Boca y River se medían por primera vez luego de mucho tiempo por la definición de un campeonato. El 14 de marzo de 2018, hace seis años, se enfrentaron en Mendoza por la Supercopa Argentina.
Los dos grandes de la Argentina habían llegado a esta instancia luego de salir campeones en la temporada anterior: River fue campeón de la Copa Argentina 2017, y Boca, campeón del torneo de Primera División 2016/2017.
El ganador iba a definirse en un solo partido, y si bien el título era menor en relación a otras competencias nacionales, el hecho de que River y Boca estuvieran nuevamente en una final le daba una trascendencia mayor.
Había pasado mucho tiempo desde que se habían visto las caras en una final: el 22 de diciembre de 1976, el Boca de Lorenzo le ganaba 1 a 0 al River de Labruna en cancha de Racing, y se quedaba con el único título en disputa hasta ese momento entre ambos equipos: el Nacional de 1976.
Si bien no había favoritos para esta Supercopa, sí existían antecedentes. Gallardo había mostrado cierta superioridad ante Boca en los mano a mano, ya que lo había eliminado de las semifinales de la Sudamericana de 2014 y de los octavos de final de la Libertadores 2015, en el recordado episodio del gas pimienta. En ambos casos, River luego fue campeón. Pero a este choque llegaba con un bajo rendimiento y con críticas.
A Boca, en esas finales, lo dirigía el Vasco Arruabarrena; ahora, Guillermo Barros Schelotto estaba en el banco y quería cortar la racha ante el Muñeco. Pero no iba a ser posible. Una vez más River mostró templanza y personalidad para este tipo de partidos y Gallardo ratificó la paternidad ante el clásico rival, al ganar 2 a 0. Los goles de River fueron del Pity Martínez, de penal a los 18 de juego, y de Nacho Scocco, a los 70 del complemento.
El Millonario salió a la cancha con: Franco Armani; Gonzalo Montiel, Jonatan Maidana, Javier Pinola, Marcelo Saracchi; Leonardo Ponzio, Ignacio Fernández, Enzo Pérez, Gonzalo Martínez; Rodrigo Mora y Lucas Pratto.
Boca lo hizo con: Agustín Rossi; Leonardo Jara, Paolo Goltz, Lisandro Magallán, Frank Fabra; Nahitan Nández, Wilmar Barrios, Pablo Pérez; Cristian Pavón, Carlos Tevez y Edwin Cardona.
El partido fue parejo, ambos equipos tuvieron chances de anotar, pero fue River el más efectivo. Pronto se puso en ventaja y luego supo administrar el juego y la desesperación del rival, y con un Armani que se convirtió en figura se llevó la victoria.
El primer gol del partido llegó luego de un penal que Patricio Loustau le cobró a Edwin Cardona. El colombiano, tal vez en una función que no sentía, corriendo por la banda, le cometió infracción a Nacho Fernández en el área y el juez no dudó. Pity Martínez definió muy bien ante Rossi y puso el 1 a 0.
Los de Gallardo fueron más en esa primera mitad, ante un Boca que casi no generó peligro y que sin dudas sintió el impacto del gol millonario.
En el complemento, sin embargo, el Xeneize iba a ir con todo en la búsqueda del empate. Y estuvo cerca de conseguirlo. Pero Armani lo impidió con muy buenas intervenciones. El arquero se hizo gigante y reaccionó en varias ocasiones evitando el gol ante Pavón, Nández e incluso evitando un gol en contra tras un rebote en Pratto.
De contra, River acechaba. Hasta que a los 70 minutos de juego Nacho Scocco definió en una contra letal para sellar el 2 a 0 que ya era irreversible. Festejo y locura total de la gente de River en Mendoza, tristeza en el Xeneize por otro duelo perdido ante Napoleón.
River, que llegaba con dudas sobre su rendimiento a ese partido, demostró que con Gallardo sería un rival muy duro de vencer. El tiempo confirmaría esa idea con la victoria en Madrid en la final de la Libertadores, nuevamente ante Boca.
Boca, de la mano de Guillermo, se recuperó de esa caída y logró llegar a la final de la Libertadores, aunque nuevamente se topó con Gallardo. El Muñeco iba a continuar con esa serie de eliminaciones ante el clásico rival en las semifinales de la Libertadores de 2019, al vencer al Boca de Alfaro. Luego el final no fue feliz para River: cayó ante Flamengo en una final increíble jugada en Perú.
Barros Schelotto, declaró, tras esa caída: “La derrota fue injusta. No nos llegaron casi nunca. Un gol fue de penal y otro de contragolpe. Nos queda la bronca por el resultado y porque no pudimos darle una alegría a la gente”.
Gallardo, por su parte, a pura ironía y sacando pecho por otro triunfo ante el clásico rival luego de un comienzo de año con algunas críticas, dijo: “Estos dos meses en los que venimos jugando muy mal fueron parte de una estrategia. Sabíamos cómo jugaba Boca y ellos no sabían cómo jugábamos nosotros, en este tiempo no tenían ni idea de cómo íbamos a jugar este partido. O sea que fue parte de la estrategia en estos dos meses jugar muy mal para ganar el partido".
