La Universidad de Kyoto, en Japón, tiene una hermosa tradición: permite a sus alumnos graduarse vestidos como ellos quieran. Esta decisión genera que año a año haya postales insólitas y creativas.
Lo cierto es que no es una condición. Cada estudiante puede elegir qué atuendo usar, porque justamente ese es el objetivo: que cierren esa etapa vestidos como se sientan cómodos y deseen ser recordados.

"La universidad tiene una larga tradición de ser algo antiautoritaria, así que supongo que las raíces se remontan a mucho tiempo atrás”, explicó al respecto el director de Comunicaciones Globales de la Universidad, David Hajime Kornhauser.
“Parece que, durante mucho tiempo, los estudiantes de esta universidad han elegido ser simplemente lo que quieren ser”, enfatiza Hajime, quien piensa que es una tradición con “enorme poder cultural”.

Aunque la tendencia es viral, atractiva y amada por el mundo, es cierto que no fue aceptada de manera oficial por "problemas de derechos de autor". De hecho, en 2011, las autoridades universitarias casi prohíben el uso de los disfraces para solo permitir trajes tradicionales.
Afortunadamente, los japoneses protestaron para evitar que la medida avance y lograron continuar con la especial tradición de cierre de ciclo, donde la creatividad es la verdadera protagonista.