Peyton Saintignan desapareció en la oscuridad de la noche, mientras dejaba atrás su casa en Luisiana, Estados Unidos.
Durante 24 horas, la familia vivió con angustia. Afortunadamente, la historia tuvo un final feliz. La pequeña, que se había ido de casa sin darse cuenta, no había sido víctima de un rapto ni se había alejado voluntariamente.
Los padres, desesperados, solicitaron ayuda profesional y, tras un día de búsqueda, finalmente encontraron a su hija, dormida y a salvo en el bosque.
Esa noche, la niña se acostó a las 10, pero al despertar, su madre no la encontró en la cama ni en el baño. Tras buscarla sin éxito en la casa y el parque, decidieron avisar a la policía. Desconocían que su hija padecía sonambulismo.
La niña sonámbula en el bosque
La policía comenzó a patrullar la zona, pero el bosque denso adyacente a su casa complicaba la situación. Fue entonces cuando se decidió recurrir a la tecnología.
Los padres recordaron un episodio previo de sonambulismo de la niña, aunque nunca imaginaron que podría alejarse sin ser consciente. Sin pistas de violencia, la policía optó por esa posibilidad y llamó a un experto en drones.
Este especialista llegó de otro pueblo con un dron equipado con cámara térmica, ideal para realizar barridos rápidos del bosque y localizar personas en la espesura.
La tecnología en acción
Con la ayuda del dron, el equipo avanzó por tierra hacia un punto marcado por el experto. La cámara térmica detectó un elemento "cálido", que podría ser un animal mediano o la niña.
Al acercarse, encontraron a Peyton Saintignan, dormida en posición fetal sobre el suelo del bosque. Al llamarla, la pequeña despertó, todavía en pijama y aparentemente en buen estado de salud, salvo algunas picaduras de mosquitos.
Final feliz para la familia
Peyton se despertó sin entender cómo había llegado allí. La llevaron al hospital para un chequeo completo, y los resultados confirmaron que estaba perfectamente bien, a pesar de haber pasado la noche al aire libre, a dos kilómetros de su hogar.