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Simone Biles se despidió de Buenos Aires con una fiesta de gimnasia y se llevó el corazón del público argentino

Simone Biles, una de las deportistas más condecoradas de todos los tiempos, cerró este jueves su paso por la Ciudad de Buenos Aires con una emocionante clínica para jóvenes gimnastas argentinas que se pusieron a prueba y se lucieron frente a una de las mejores de la historia de la disciplina. Las 80 gimnastas locales, algunas de ellas parte del seleccionado nacional, formaron un extenso pasillo para darle la bienvenida a atleta estadounidense, que ingresó al estadio Mary Terán de Weiss, en el Parque Olímpico Roca, en medio de una ovación incesante de parte de los 9.000 presentes, la gran mayoría niñas y muchas de ellas junto a sus clubes de gimnasia. Vestida completamente de negro y con su habitual collar de cabra (en referencia a la sigla en inglés GOAT, Greatest of All Times), agradeció el recibimiento y reconoció que no había recibido tanto cariño de parte de la gente desde su actuación en los Juegos Olímpicos de París 2024.

El objetivo del evento fue que la deportista estadounidense, junto a su entrenador, el francés Laurent Landi, dirigiera una clínica para un grupo de gimnastas de entre 8 y 12 años que forman Federación Metropolitana de Gimnasia y la Confederación de Gimnasia Artística. La actividad duró cerca de una hora y estuvo dirigida principalmente por Landi, mientras Biles daba mensajes de aliento a las niñas, las ayudaba y, en paralelo, interactuaba con el público, que enloquecía cada vez que la gimnasta miraba a las gradas. Primero hubo una entrada en calor y luego cada grupo pasó por los cuatro aparatos que caracterizan a la disciplina en la rama femenina: salto, barras asimétricas, viga y suelo.



80 gimnastas argentinas entrenaron ante la atenta mirada de Simone Biles.
Previo al comienzo de la actividad deportiva, el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri le entregó la “Llave del Parque Olímpico” y agradeció su visita a Buenos Aires en el marco del nombramiento de la ciudad como Capital Mundial del Deporte 2027. Este miércoles, fue declarada Huésped de Honor.
“La historia de Simone Biles inspira a millones de jóvenes y recibirla en el marco de Buenos Aires como Capital Mundial del Deporte nos impulsa a seguir promoviendo los valores del esfuerzo y la inclusión a través del deporte”, dijo el secretario de Deportes, Fabián Turnes. Muchas de las chicas que estaban en el estadio siguiendo con atención a la gimnasta reconocieron haber empezado a practicar el deporte gracias a ella.

Simone Biles y su entrenador Laurent Landi recibieron la camiseta de la Selección argentina.
Para cerrar la jornada, las gimnastas del seleccionado nacional hicieron una breve presentación para despedir a Biles, que antes de irse respondió preguntas de las jóvenes. Algunas de las consultas fueron cómo hizo para llegar a los Juegos Olímpicos, cómo lidia con los nervios en las competencias o qué consejo les podía dar para continuar haciendo el deporte a una edad más avanzada. La campeona olímpica hizo hincapié en el trabajo constante y en divertirse y disfrutar del deporte.
Además de esta actividad, la reconocida deportista estadounidense aprovechó su paso por Buenos Aires para conocer algunos de los puntos turísticos más importantes de la ciudad: subió al mirador del Obelisco y paseó en el bus turístico por Plaza de Mayo, Caminito en La Boca y Puerto Madero, donde visitó el Puente de la Mujer.
Simone Biles repasó su carrera y dejó la puerta abierta a Los Ángeles 2028
A su vez, este miércoles, encabezó una charla motivacional donde repasó los puntos más importantes de su carrera, reflexionó sobre la importancia de hablar sobre salud mental y dejó las puertas abiertas a su regreso a la gimnasia en Los Ángeles 2028.
En los Juegos Olímpicos de París 2024, Biles terminó de consagrarse como una de las mejores -si no la mejor- gimnasta de todos los tiempos, sumando a su extenso palmarés tres medallas de oro y una de plata. Se convirtió además en la tercera mujer en ganar dos veces la competencia all-arround dos veces y la primera en hacerlo de manera no consecutiva.

Sin embargo, el premio no fue sólo deportivo ya que para llegar a este logro tuvo que atravesar enormes desafíos personales luego de la mala experiencia que sufrió en Tokio. "Había mucho en juego para mí personalmente, porque tenía mucho que demostrarme a mí misma, pero una vez que todo terminó, me sentí muy liberada", reconoció.
Llegó a París con 27 años, una edad totalmente atípica para una disciplina reservada mayoritariamente para deportistas muy jóvenes, y, de hecho, fue la gimnasta estadounidense más longeva de la historia en formar parte del equipo olímpico.
Apenas comenzaron los Juegos, durante la sesión de práctica, Biles sufrió un desgarro que la condicionó durante toda la competencia. De todas formas, la lesión no impidió que siguiera adelante y se impusiera con la autoridad de siempre: se llevó tres medallas de oro y una de plata. "No podía dejar que volvieran a decir que estaba renunciando", enfatizó en el documental Simone Biles: Rising, que narra su recorrido a París 2024.
En Tokio 2021, la estadounidense llegaba como máxima figura de los Juegos tras el retiro de leyendas como Michael Phelps y Usain Bolt en 2016. Los ojos del mundo entero estaban puestos sobre ella y acarreaba además la presión de repetir la hazaña de Río, donde, a sus 19 años, había logrado cuatro medallas de oro y una de bronce.
Si bien tras la gloria en 2016 analizó dejar el deporte, finalmente decidió volver para los Juegos de Tokio, aunque admitió que apenas llegó tuvo malas sensaciones. “Había estado descuidando mi salud mental, estaba muy preocupada por mi físico y lo dejé de lado. Me acuerdo de estar en el avión y decir: ‘Esto no está yendo como yo quiero, pero no sé por qué’”, relató durante su charla en Buenos Aires.
Al momento de competir en Tokio, Biles sufrió un episodio de “twisties”, un problema de coordinación entre el cuerpo y la mente que afecta a los gimnastas y puede ser extremadamente peligroso, y se bajó de la final por equipos luego de un mal salto. “Decidí poner a la salud mental primero, porque si no lo hacés, no vas a disfrutar tu deporte y no vas a poder ganar tanto como querés. Está bien a veces dar un paso al costado en grandes competencias para enfocarse en uno mismo en vez de simplemente sobreponerse, porque eso demuestra lo fuerte que sos como competidor y como persona”, declaró minutos después de bajarse a mitad de camino en la final por equipos, en la que Estados Unidos terminó llevándose la medalla de plata.
Este miércoles en la Ciudad de Buenos Aires, años después de esa experiencia que marcó un antes y un después en su carrera -y que la convirtió en una referente en materia de salud mental en el deporte- recordó: “Decidí hablarlo allí porque todo el mundo mira los Juegos Olímpicos y había gente que estaba experimentando ya estas cosas producto del Covid-19”, dijo y remarcó: “No hay que sentir vergüenza, una persona que habla de esto es una persona fuerte, con coraje”.
Luego de las declaraciones de Biles, la salud mental concentró gran parte del foco de atención durante los Juegos Olímpicos de Tokio y abrió las puertas para que otros atletas pudieran expresarse en el mismo sentido.
“La mayoría de la gente no puede sentirse identificada con ganar medallas o representar a su país en un escenario mundial, pero sí entienden de salud mental porque es algo que todos atravesamos. Entonces, si puedo ayudar con eso, sobre todo a los niños, entonces eso es lo que haré. Quiero darle visibilidad al tema".
Biles logró superar la mala experiencia que sufrió en 2021 y, para no despedirse de esa manera del olimpismo, decidió volver a intentarlo en París 2024. Allí demostró que, mientras ella quiera, podrá seguir en lo más alto de su deporte, el cual cambió para siempre desde su irrupción en 2013, superando todos los límites y obligando a sus competidoras a superarse constantemente. A lo largo de su carrera, ganó 11 medallas olímpicas y 23 títulos mundiales y, además, tiene cinco elementos gimnásticos que llevan su nombre.


Aunque actualmente no está entrenando, no descartó competir por última vez en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles. “No sé qué voy a hacer en 2028, pero sé que voy a estar ahí de alguna forma, ya sea en el suelo o en la tribuna”, adelantó Biles en la sede del gobierno porteño.
Esta tarde, en el estadio Mary Terán de Weiss, el público argentino le hizo saber que quiere seguir disfrutando de su destreza. “Una más, y no jodemos más”, se coreó en varias oportunidades, para dejarle en claro a Simone Biles que el deporte aún no está listo para despedirla.

Fuente: ámbito
Declarada Huésped de Honor Simone Biles Despidió Buenos Aires

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