Una adicta a las drogas dejó morir a su hijo de dos años en el pueblo de Ludlow, en Massachusetts, Estados Unidos.
La mujer, identificada como Lauren Baker de 33 años, poseía la potente droga fentanilo y la dejó al alcance del niño, quien la ingirió.
El pequeño tomó la sustancia del bolso de su madre, quien por efectos de las sustancia se quedó dormida. Según reportan televisoras locales, Lauren usó el cheque de estímulo económico otorgado por el gobierno de Joe Biden para comprar el opioide.
El fentanilo es un fármaco usado para pacientes con cáncer y se considera 50 veces más fuerte que la heroína y el doble de potente que la morfina, de allí que se haya desatado una compulsión por adquirirla.