El presidente Javier Milei firmó el decreto para el complejo minero de Santa Cruz. El plan es sanearlo para privatizarlo, pero hay tensiones con la provincia
Después del Banco Nación, le llegó la hora a la estatal Yacimientos Carboníferos Río Turbio (YCRT) de iniciar los preparativos previos a la privatización que planea Javier Milei. Con vistas a venderla a uno o varios privados, el Gobierno transformará el complejo minero en Sociedad Anónima tal como hizo la semana pasada con el banco público.
YCRT es una de las nueve entidades del Estado que el oficialismo logró, a duras penas, incluir en la ley Bases como organizaciones públicas sujetas a privatización o concesión.
La decisión se concretará esta semana, probablemente mañana, con la publicación en el Boletín Oficial del decreto que firmó hoy el Presidente. Fue pergeñada por Diego Chaher, el encargado de acondicionar las compañías del Estado para su posterior venta, titular de la Agencia de Transformación de Empresas Públicas.
Antes, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, se encargó de que estuviera al tanto de la decisión Claudio Vidal, el gobernador de Santa Cruz, la provincia donde está emplazado el yacimiento que genera, explota, transporta y comercializa carbón desde mediados del siglo pasado, pero trabaja a medias y de manera intermitente desde hace años.
El Gobierno no quería sumar un motivo de discordia con el siempre esquivo mandatario de la región Sur, con quien la relación varía según el momento y el tema, y de quien el oficialismo depende para aprobar sus iniciativas en el Congreso.
No está decidido cuándo avanzarán con la venta -hay tres grupos que se postulan para quedársela-, pero por ahora se dispondrán a empezar a sanearla: presentar los balances contables de la entidad a la Inspección de Justicia, aggiornar los reglamentos internos, etc. Será un camino largo, proyectan en la Nación.
YCRT enfrenta una crisis que combina problemas estructurales, económicos y políticos. La empresa, que condujo Aníbal Fernández durante la gestión de Alberto Fernández, incluye una mina de carbón y dos centrales de generación de energía. Está desde hace varias administraciones en una situación crítica por la alta superpoblación de trabajadores, la falta de inversión, los problemas administrativos y los manejos irregulares.
Hace dos meses, la jefatura de Gabinete despidió por sospechas de corrupción a Thierry Decoud, que había llegado de la mano de Mauricio Macri. Fue después de que dos allegados suyos quedaran investigados por haber solicitado un retorno en su nombre para concretar una operación con una empresa israelí.
En su lugar, en vez de poner otro hombre del ex presidente, quedó Pablo Sebastián Gordillo Arraigada, que responde al gobernador Vidal. La decisión del mandatario de hacerse cargo políticamente, dicen en su entorno, fue para tener injerencia en el proceso de transformación de la entidad.
En el Gobierno aún no dan detalles sobre el plan que llevarán a cabo, pero en la Provincia sospechan que buscará que Santa Cruz asuma la responsabilidad de la mina y de los trabajadores, mientras que la central, que representa la principal fuente de ingresos potenciales, pasaría a manos privadas. Esta situación generó tensiones políticas, especialmente después de la designación de Gordillo.
Pablo Gordillo, interventor de YCRT, y Claudio Vidal, gobernador de Santa Cruz: Foto: La Opinión Austral
Uno de los principales problemas que enfrenta YCRT es su abultada plantilla de trabajadores, una carga laboral desproporcionada para una operación que no está funcionando a plena capacidad. Este problema se remonta a la gestión de Daniel Peralta, que había firmado una serie de acuerdos con los gremios para evitar conflictos laborales, y resultó en una acumulación de personal que se convirtió en un obstáculo financiero. Con todo, la mina sigue siendo una fuente de sustento para dos comunidades cercanas que dependen directamente de su actividad.
A pesar de las dificultades, el carbón extraído de YCRT tiene una demanda importante en el mercado internacional, particularmente en países como China, que requieren grandes volúmenes para sus operaciones industriales. Sin embargo, la producción actual de la mina no alcanza los niveles necesarios para satisfacer estos requerimientos. China, calculan en la provincia, exige una producción mínima de 30.000 toneladas, mientras que YCRT, en su mejor escenario, apenas podría alcanzar las 20.000 toneladas.
Además, la ubicación geográfica, a 300 kilómetros del mar, complica la logística de exportación. El carbón debe ser transportado desde la montaña hasta el puerto, lo que incrementa los costos y reduce la competitividad del producto en el mercado internacional.
Expertos locales dijeron a Infobae que una alternativa sería implementar un plan de subsidios a largo plazo por parte del gobierno nacional, destinado a mejorar las máquinas, aumentar la producción y garantizar un ciclo productivo sostenible. Pero en la Nación descartan esa posibilidad, que podría generar más déficit. Justamente, el mentado objetivo de Milei al privatizar YCRT es contribuir a reducirlo.