Luego de días de incertidumbre y rumores sobre un posible quiebre definitivo, finalmente Marcos Rojo se subió al avión junto al resto del plantel de Boca Juniors y ya está de regreso en Buenos Aires. El defensor, que no sumó minutos en el Mundial de Clubes, había evaluado quedarse en Miami, pero terminó dando marcha atrás ante el mensaje claro de Miguel Ángel Russo.
“Llegamos todos juntos, volvemos todos juntos”, fue la postura firme del entrenador, que buscó preservar la unidad grupal pese al delicado momento futbolístico e interno que atraviesa el club. Así, los 35 futbolistas que integraron la delegación regresaron a la Argentina, incluyendo a Rojo, quien ahora deberá resolver su salida del club.
En las horas previas, el entorno del zaguero había filtrado que no tenía pensado presentarse a entrenar este martes, cuando finaliza la licencia del plantel. Sin embargo, para evitar un conflicto legal con el club, Rojo cambió de postura y se espera que se presente en Boca Predio para avanzar en una rescisión de contrato en buenos términos.
Los cortocircuitos con Russo y con el presidente Juan Román Riquelme son evidentes y marcan un fin de ciclo irreversible. Aun así, la intención de ambas partes es evitar un escándalo y concretar la salida de forma consensuada.
Rojo encabeza una lista de jugadores apuntados por el cuerpo técnico y la dirigencia para una profunda depuración del plantel. Junto a él, también podrían salir Sergio Romero, Frank Fabra, Luis Advíncula, Cristian Lema, Esteban Rolón, Lucas Janson, Marcelo Saracchi, Exequiel Zeballos, Javier García, Agustín Martegani e Ignacio Miramón.
Boca atraviesa un momento clave en su reconstrucción: con la llegada de Leandro Paredes como posible líder del nuevo ciclo, la renovación profunda ya está en marcha, y el ciclo de Rojo parece llegar a su fin.