El cónclave concluyó y la Iglesia Católica tiene nuevo líder: el estadounidense Robert Prevost fue elegido papa y adoptó el nombre de León XIV. Tiene 69 años y una historia de vida marcada por su cercanía con América Latina, especialmente con Perú, donde vivió muchos años y desarrolló un fuerte vínculo con el deporte.
“Me considero un tenista aficionado. Desde que salí de Perú he tenido pocas ocasiones de practicarlo, así que tengo ganas de volver a la pista”, dijo en una entrevista publicada hace dos años por la Orden de los Agustinos, a la que pertenece. “Mi nuevo trabajo no me ha dejado mucho tiempo libre para ello hasta ahora”, agregó entonces, con humor.
Prevost es el primer pontífice nacido en Estados Unidos y, aunque su perfil es más reservado que el de Francisco, también tiene un costado personal ligado al deporte. Mientras que el papa argentino declaró abiertamente su amor por San Lorenzo de Almagro, León XIV es más discreto con sus preferencias.
Por su extensa estadía en Chiclayo, algunos especulan con que podría simpatizar con Juan Aurich, uno de los clubes más populares del norte peruano. Sin embargo, no hay confirmación de que siga algún equipo de fútbol ni que mantenga vínculos con el deporte profesional en Estados Unidos.
Con su elección, el Vaticano inicia una nueva etapa, marcada por la continuidad del legado latinoamericano de Francisco y el inicio de una nueva impronta desde América del Norte, aunque con profundas raíces en el sur.