En el Lumen Field de Seattle, Inter de Milán transpiró más de la cuenta para imponerse 2-1 ante Urawa Red Diamonds por la segunda fecha del Grupo E del Mundial de Clubes. Como viene ocurriendo con la mayoría de los equipos europeos, el elenco italiano debió remar desde atrás para evitar una sorpresa mayúscula. El conjunto japonés se puso en ventaja a los 10 minutos con un gol de Ryoma Watanabe, dominó gran parte del primer tiempo y complicó seriamente al campeón de la Serie A. Pero sobre el final aparecieron Lautaro Martínez con una chilena inolvidable y Valentín Carboni con un sablazo salvador para cambiar la historia.
El planteo de Urawa fue tan ambicioso como efectivo. Con un 4-2-3-1 que sin la pelota mutaba en un 5-4-1 bien compacto, le cortó todos los caminos al Inter y hasta se animó a presionar alto. Así llegó la apertura del marcador: Kaneko acorraló a Dimarco, recuperó y armó una gran jugada colectiva que terminó con definición de Watanabe —y algo de fortuna— para el 1-0 parcial.
Inter, desconcertado, acumulaba pases pero sin profundidad. Tuvo el 81% de posesión en la primera parte, pero no inquietó al arquero rival. Lautaro quedaba aislado y la creatividad brillaba por su ausencia. En el complemento, la historia no cambiaba, hasta que Cristian Chivu —el DT interino tras la salida de Inzaghi— decidió cambiar el rumbo desde el banco: ingresaron Barella y Valentín Carboni, quien volvió tras ocho meses de inactividad por una rotura de ligamento cruzado.
El ingreso del joven argentino fue clave. Pese a las dudas lógicas por su largo parate, Carboni mostró claridad, generó espacios y con sus pases largos empezó a desarmar el orden japonés. A los 78 minutos, llegó el empate que cambió todo: Barella ejecutó un córner desde la derecha y Lautaro, de espaldas, impactó con una chilena magistral que se coló en el ángulo.
Urawa, agotado física y mentalmente, no pudo resistir la arremetida final. En tiempo cumplido, un rebote en el área quedó a merced de Carboni, que no dudó: zurdazo cruzado y a festejar la victoria agónica.
Con este triunfo, Inter llega a cuatro puntos y se jugará la clasificación ante River en la última jornada. Urawa, en tanto, queda al borde de la eliminación. Lo cierto es que el Neroazzurro evitó un papelón, y lo hizo gracias a su capitán y a un pibe que volvió en el momento justo. Toro encendido y Carboni renacido: combinación que puede valer un boleto a octavos.