Las dos centrales sindicales, la CTA de los Trabajadores (CTA-T) y la CTA Autónoma (CTA-A), manifestaron este miércoles su rechazo absoluto al proyecto de Ley de Modernización Laboral que el Gobierno envió al Senado y afirmaron que la iniciativa “no moderniza nada”, sino que constituye “una reforma redactada por estudios jurídicos de grandes grupos empresarios”.
Según el documento difundido, las CTA sostienen que la propuesta oficial debilita derechos fundamentales, facilita el fraude laboral al afectar la presunción de relación de dependencia, promueve la tercerización “irresponsable”, habilita salarios dinámicos que “destruyen la estabilidad” y abarata los despidos a costa del Estado, con impacto negativo sobre el sistema previsional. También señalan que vulnera garantías constitucionales como vacaciones, jornada laboral y acción sindical.
Las centrales alertaron que la reforma “profundizará la informalidad, reducirá el poder adquisitivo y agravará la crisis económica”, al considerar que responde a un “modelo que prioriza intereses del gran capital por sobre un país productivo e integrado”.
En paralelo, las CTA mantuvieron reuniones con el interbloque de senadores de Unión por la Patria, encabezado por José Mayans y Juliana Di Tullio, y previamente con diputados del mismo espacio, para coordinar estrategias de rechazo al paquete de leyes impulsado por el oficialismo.
Finalmente, ambas organizaciones anunciaron que se declararon en estado de movilización permanente y convocaron a marchar el 18 de diciembre a Plaza de Mayo y a todas las plazas del país, junto a la CGT, para exigir el rechazo parlamentario de la iniciativa.
El comunicado lleva las firmas de Hugo “Cachorro” Godoy, secretario general de la CTA-A, y Hugo Yasky, secretario general de la CTA-T.