La empresa petrolera estatal de Bolivia opera “al límite” en medio de un nuevo periodo de escasez de combustible. El ministro de Hidrocarburos, Alejandro Gallardo, informó que si bien Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) está haciendo despachos al 100% de la demanda de gasolina, hay una autonomía de solo tres días. En el caso del diésel, el stock no permite cubrir la demanda ni para una jornada entera.
Bolivia atraviesa desde hace más de dos años periodos de escasez de combustibles, a consecuencia de las dificultades para importar debido a la falta de dólares. El país importa alrededor del 56% de la gasolina que consume y casi la totalidad del diésel, lo que explica por qué la escasez de este último suele ser más severa.
Gallardo señaló que semanalmente se requieren desembolsos de entre 55 y 60 millones de dólares, y que en las tres últimas semanas oscilaron entre 35 y 45 millones. “Eso nos genera el desabastecimiento que tenemos actualmente”, explicó en contacto con medios locales.
El ministro atribuyó la falta de divisas al retraso en la aprobación de créditos internacionales en la Asamblea Legislativa. “YPFB opera al límite desde hace mucho tiempo, porque no se realizó la aprobación de los créditos. Fue una actitud mezquina por parte los actores políticos que están en la Asamblea que lo único que piensan es en hacer política y no en la población. Esta es la situación en la que nos encontramos”, afirmó Gallardo.
Según el viceministro de Planificación Estratégica, José Siñani, actualmente hay 19 créditos varados en la Asamblea que superan los 1.667 millones de dólares. El monto permitiría cubrir seis meses de importación.
Sin embargo, la crisis de combustible es estructural y tiene que ver también con otros factores como la baja producción local, el aumento permanente de la demanda y la política de subvención parcial, que derivó en redes de contrabando de a otros países que generan una pérdida estimada de 600 millones de dólares anuales.
Según un análisis de la Fundación Jubileo, citado por el portal de noticias Visión 360, el consumo promedio de gasolina aumentó de 4,1 millones de litros día, en 2015, a 6,4 millones de litros, en 2024, y la importación aumentó de 25%, en 2015, a un 58% en 2024. En el caso del diésel, el consumo promedio se incrementó de 4,9 millones de litros por día, en 2015, a 6,7 millones de litros día, en 2024. En 2015, las importaciones solo equivalían a un 45%, pero en 2024 llegó a un 90%.
La crisis ha provocado pérdidas en sectores estratégicos como el transporte o la agricultura, que reclaman un mayor suministro para evitar poner en riesgo la seguridad alimentaria.
En paralelo, hay un profundo malestar social por las largas filas de vehículos en las estaciones de servicio donde la espera suele durar varias horas. En ese contexto, algunas actividades, como las clases de la universidad pública en Santa Cruz de la Sierra, han pasado a la modalidad virtual ante las dificultades de circulación.
Este martes, el Senado aprobó un proyecto de ley transitoria para la entrega directa de los camiones cisterna con combustible a los surtidores sin pasar por plantas de YPFB. La norma, que surgió a iniciativa del Comité Cívico de Santa Cruz, busca que por tres meses se permita a los camiones cisternas internar combustible y Gas Licuado de Petróleo (GLP) con el fin de cubrir los volúmenes que YPFB no puede atender.
Algunos senadores manifestaron que la norma tiene ciertos vacíos, pero que podría entrar en vigencia hasta por lo menos el cambio de gobierno previsto para el 8 de noviembre.