Una madre de nombre Emma Woodhouse de 27 años de edad pasó dos semanas viviendo con su hija muerta. No es una historia de locura sino de aceptación de la muerte.

Esta joven esperaba gemelas: Bella y Jessica. Cuando a uno de los bebés se le rompió el cordón umbilical dentro del útero, tuvieron que intervenirla.

Lamentablemente Jessica no sobrevivió y su madre gracias a un ?catre de enfriamiento? logró tenerla por dos semanas, salir y presentársela a la familia.

Emma tiene tres hijos más. A la niña muerta la llevaban a pasear y la bañaban. Manifestó que aunque su hija falleció tenía el derecho de pasar tiempo con ella.

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