En uno de sus últimos actos de gobierno, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, conmutó la pena de 37 de 40 condenados a muerte a cadena perpetua sin derecho a libertad bajo fianza.
Biden se mostró convencido de que "debemos dejar de usar la pena de muerte a nivel federal".
Se espera que la administración de Donald Trump, que asume el 20 de enero, comience masivamente con las ejecuciones.
Los tres restantes casos no beneficiados están acusado de "terrorismo y asesinatos masivos motivados por el odio". Aún enfrentan su ejecución.