Una nueva investigación del Mapa de la Policía logró identificar al efectivo de la Prefectura Naval Argentina (PNA) que disparó contra Jonathan Navarro durante la represión frente al Congreso. El hincha de Chacarita perdió la visión de un ojo. El hecho se investiga en la Justicia federal. Hasta el momento, pese al pedido de la jueza María Servini, la fuerza nacional aún no brindó información sobre el agente. El ataque se produjo durante la misma protesta en la que una granada de gas lacrimógeno impactó en el cráneo de Pablo Grillo.
La tarde del miércoles 12 de marzo, las fuerzas de seguridad avanzaron sobre el millar de hinchas y manifestantes que se habían reunido frente al Congreso de la Nación en respaldo de los jubilados que reclamaban contra el ajuste de Javier Milei. Las columnas de civiles habían logrado cortar las avenidas Rivadavia e Hipólito Yrigoyen. Ante el avance, el Gobierno activó el protocolo antipiquete y reprimió con camiones hidrantes y gases.
Como resultado de la represión policial, el fotorreportero Pablo Grillo debió ser hospitalizado de urgencia y se mantuvo bajo coma inducido durante semanas, recuperando su salud meses después luego de diversas intervenciones quirúrgicas. Su caso no fue el único. Aquella tarde, Navarro recibió el impacto de un proyectil en el ojo y perdió la visión.
El colectivo de organizaciones civiles publicó este lunes los resultados del análisis realizado a partir de material suministrado por la ciudadanía, entre ellos, fotorreporteros, además de las cámaras de monitoreo urbano. La conclusión pudo determinar que se trató de un oficial de la Prefectura Naval Argentina que portaba un rifle táctico disuasivo BYRNA TCR, un arma que dispara proyectiles neumáticos con gas pimienta.
Un disparo al cuerpo
Pese a que el manual de uso de este tipo de armamento prohíbe apuntar hacia partes sensibles del cuerpo, en el video publicado por el Mapa de la Policía se puede observar que el disparo se efectuó a más de tres metros de distancia. Además, reveló que el prefecto apuntó directamente a la cara de Jonathan Navarro.
"En los vídeos de monitoreo urbano, que son parte de la reconstrucción científica, pudimos particularizar al prefecto por su arma BYRNA de color naranja y porque, además, llevaba una marca blanca en la parte trasera de su casco, protecciones de antebrazos colgando a los lados de la cadera y tenia un guante negro en una de sus manos", comunicaron. Además, puntualizaron que a partir del aporte de materiales en alta definición de fotorreporteros "pudimos encontrar imágenes en las que se ve con mayor claridad su rostro, mientras formaba parte de las líneas de PNA".
Aquella tarde, el prefecto Mayor Héctor Cabrera, jefe de la agrupación Albatros, fue quien estuvo al frente de la fuerza a la que pertenece el tirador, según reveló la investigación. El accionar de PNA y de Gendarmería nacional respondió a las órdenes del comando unificado liderado por la ministra nacional de Seguridad, Patricia Bullrich.
El caso Jonathan Navarro
De acuerdo al relevamiento del Mapa de la Policía, Navarro es hincha de Chacarita y vive en la localidad bonaerense de San Martín. El 12 de marzo asistió a la movilización impulsado por la situación que atraviesan los jubilados, entre ellos, su papá, quien tuvo que pagar $80.000 por un medicamento que antes conseguía de manera gratuita.
Tras el impacto del proyectil, acudió al hospital para ser tratado. En ese momento, fue informado de que la herida le había causado la pérdida de la visión de su ojo izquierdo. En el material publicado, Navarro contó cómo cambió su vida luego de la represión: dejó de ir a la cancha, recibe tratamiento psicológico, perdió los reflejos y ya no puede hacer deporte. "No me arrepiento de nada”, asegura, pese a lo sufrido y aprovecha para reafirmar su posición de defensa a los adultos mayores: “Mucha fuerza a los jubilados”.
Debido a los daños sufridos, Navarro presentó una denuncia que tramita en el Juzgado Criminal y Correccional Federal 1, a cargo de la jueza Servini. De acuerdo al Mapa de la Policía, el 27 de junio, el juzgado envió un oficio a Prefectura requiriéndole información sobre el operativo del 12 de marzo: PNA aún no ha contestado.
El Mapa de la Policía nació en 2019 a partir de una iniciativa de la ex-legisladora Ofelia Fernández junto a algunas de las organizaciones miembros. Es una red de participación civil contra la violencia policial. Además de autoconvocados, también está compuesto por el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), el Equipo de Investigación Política (EDiPo), el despacho de la legisladora Victoria Freire, el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), la Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional (CORREPI), FM La Tribu, la Asociación Social contra la Violencia Instituciones (ACVI), el Instituto de Políticas sobre delito, seguridad y violencias (En Foco).
Creció la represión policial en 2025
Días atrás, la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) presentó su segundo informe especial de 2025 sobre el despliegue de fuerzas de seguridad en manifestaciones públicas, en el marco de su labor como Mecanismo Local de Prevención de la Tortura. El informe, realizado en conjunto con el Comité Nacional para la Prevención de la Tortura y el Mecanismo de CABA, revela un aumento significativo en la represión estatal durante la primera mitad del año.
En ese período, la CPM supervisó 39 movilizaciones en la Ciudad. En 21 de ellas se registraron episodios represivos, en contraposición con la proporción de 3 represiones cada 10 protestas del 2024. Este dato refuerza una conclusión central del informe: existe una decisión político-institucional de intensificar el uso de la fuerza frente a la protesta, afectando especialmente a sectores vulnerables como adultos mayores y trabajadores informales.
El monitoreo también muestra un incremento en la violencia: entre enero y junio de 2025 se contabilizaron 1.251 personas heridas, 36 más que durante todo el año anterior. En muchos casos, se trató de lesiones graves, como la de un manifestante que perdió un ojo, o la del fotógrafo Pablo Grillo, quien estuvo internado en terapia intensiva durante 83 días tras recibir el impacto de una bomba de gas en la cabeza. Grillo continúa hospitalizado.