Por sospecha de un ataque terrorismo en el aeropuerto de Frankfurt, todos los pasajeros debieron abandonar el área pública de la terminal.
La persona sospechosa arrojó una bolsa a la terminal el grito de "Allah Akbar", creando una falsa amenaza de bomba. Él y una mujer fueron apresados por la policía local.
La frase en árabe significa “Dios es grande” y en varias oportunidades ha vuelto sinónimo de ataques terroristas en distintas partes del mundo.