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En el cierre de la Peregrinación a Luján, el arzobispo de Buenos Aires pidió diálogo y advirtió sobre “la pobreza y las consecuencias del narcotráfico

El arzobispo de Buenos Aires, Monseñor Jorge García Cuerva, cerró hoy la 51° Peregrinación Juvenil a Luján con una misa en la que habló de la pobreza, del narcotráfico, a la vez que aseguró que “no hay que aflojar” ni “tomar atajos tramposos”.
“Hay muchos hermanos en nuestro país que ya no tienen fuerzas para seguir, no encuentran sentido al camino de sus vidas y han detenido su marcha. Les pesa demasiado la pobreza, las consecuencias del narcotráfico, las enfermedades, la soledad”, advirtió.


“Por ellos también peregrinamos, los traemos en la mochila del alma, porque no queremos ser un pueblo indiferente ante tanto dolor, ni tampoco dejarnos ganar por la impotencia del no se puede”, agregó el arzobispo.
Bajo la consigna “Madre, danos amor para caminar con esperanza”, la celebración comenzó ayer y tuvo la participación de miles de feligreses, que marcharon desde la Iglesia de San Cayetano, ubicada en el barrio porteño de Liniers, en un recorrido que atravesó varias localidades hasta llegar a la Basílica de Luján.
En el cierre, García Cuerva recordó la figura del Papa Francisco, al recordar: “Él decía que nos cansamos de pedir perdón, pero Jesús no se cansa de perdonarnos”.
También mencionó al Papa León XIV, quien decía que María “encarna la esperanza, una esperanza que no nace en el ruido, sino en el silencio de una espera habitada por el amor”.
Y sumó: “Caminar con esperanza es no aflojar, es confiar en los que van a nuestro lado, es no transformarnos en profetas de calamidades que solo hacen diagnósticos de lo que ya sabemos que está mal, porque lo vivimos todos los días. Caminar con esperanza es no dejarnos ganar por el desaliento y la tristeza. Es seguir adelante, aunque por momentos el egoísmo, la violencia y la injusticia parezcan ganar”.
A su vez, señaló que, como pueblo, “no nos vamos a detener, a pesar de las piedras y dificultades del camino”. También puntualizó que “nos comprometemos a seguir adelante, porque no está todo perdido”.
En este sentido, el arzobispo también recordó la jornada de ayer, donde hubo “mucho sol y mucho calor”, como también esta madrugada con “esa gran tormenta y la lluvia” y resaltó a los feligreses que acompañaron.
En otro pasaje, García Cuerva dio un mensaje unificador: “Podremos detener nuestros pies para descansar, pero no detendremos el corazón, porque estos corazones volverán a sus hogares movilizados por el amor de una madre que nunca nos deja solos y que nos anima a caminar con esperanza y a no claudicar en recorrer juntos caminos de fraternidad, de diálogo y de encuentro entre los argentinos”.
Y concluyó: “No aflojamos y nos comprometemos a no abandonar los sueños de construir un país más justo y más fraterno. La madre de Argentina nos impulsa a continuar el camino, pero nos pide que lo hagamos unidos, que podamos también mirarnos entre nosotros con misericordia y que estemos cerca de los que la están pasando mal. Porque como hijos de María, nos queremos parecer a ella”.

Fuente: Diario Panorama
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