A cubierto tras un gran árbol, un fotógrafo de Associated Press apuntó su cámara hacia un edificio de apartamentos de Beirut que el ejército israelí advirtió que estaba en su punto de mira. Cuando, instantes después, una bomba se precipitó desde el cielo, el periodista y su objetivo estaban perfectamente situados para documentar el rastro de destrucción, segundo a segundo, fotograma a fotograma.
“Oí el silbido del misil, me dirigí hacia el edificio y empecé a filmar”, declaró el fotógrafo Bilal Hussein el martes, horas después de que las fuerzas israelíes lanzaran el ataque. Las imágenes que Hussein captó del proyectil, congelado en pleno vuelo antes de arrasar la estructura, ofrecen una visión impactante de la velocidad, la potencia y la devastación de la guerra moderna.
El ataque del martes se produjo unos 40 minutos después de que un portavoz militar israelí publicara una advertencia en árabe en las redes sociales, notificando a las personas que se encontraban en los alrededores de un par de edificios de la periferia sur de Beirut que debían evacuar la zona.
La advertencia hizo que muchas personas huyeran del concurrido y densamente poblado barrio, mientras otras, entre ellas algunos periodistas, se mantenían alerta. En el momento del ataque, el edificio ya había sido evacuado y el martes no se informó de víctimas.
Minutos antes de que la bomba derribara el edificio, se dispararon dos proyectiles más pequeños contra el tejado, en lo que los militares israelíes suelen denominar ataques de advertencia, según periodistas de AP presentes en el lugar de los hechos. Se trata de una práctica que Israel ha seguido en ataques en Gaza durante guerras anteriores.
Cuando la bomba principal se precipitó hacia el edificio el martes, todo estaba borroso, pero la cámara de Hussein fue testigo. Una imagen mostraba la bomba arqueándose en el aire. Otra captó un fragmento de segundo antes de que se estrellara contra el balcón de un piso inferior. En las imágenes que siguieron, una nube de humo y escombros se extendía hacia el exterior mientras el edificio se derrumbaba.
Hussein, que ha pasado años cubriendo conflictos en Irak y Líbano desde que se unió a AP en 2004, dice que se ha acostumbrado a los sonidos de las explosiones. La noche anterior a la destrucción del edificio, filmó más de una docena de ataques israelíes en las inmediaciones.
“Tengo la capacidad de controlar mis reacciones en los momentos críticos y mantener la estabilidad en la medida de lo posible”, afirmó.