El Banco Mundial informó este viernes que su directorio aprobó un préstamo de US$300 millones para la Argentina, con una tasa de interés variable y un plazo de reembolso de 32 años, que incluye un período de gracia de 7 años.
Según explicó la entidad multilateral, el financiamiento estará destinado a fortalecer la capacidad del Estado para optimizar el alcance de los subsidios al gas, con el objetivo de proteger a los hogares más vulnerables y, al mismo tiempo, promover la sostenibilidad fiscal y ambiental del sector energético.
El crédito corresponde a un financiamiento adicional del proyecto “Apoyo a la transición a un sector eléctrico sustentable”, una iniciativa que ya permitió avanzar en la mejora del Registro de Acceso a los Subsidios Energéticos (RASE), a través del cual fueron reclasificados 1,2 millones de hogares.
“Acompañamos los esfuerzos del Gobierno por continuar mejorando la focalización de los subsidios de gas para que lleguen a las poblaciones más vulnerables, quienes destinan un mayor porcentaje de sus ingresos en satisfacer sus necesidades energéticas”, afirmó Marianne Fay, directora del Banco Mundial para Argentina, Paraguay y Uruguay.
Con el nuevo proyecto, se prevé ampliar el alcance de los subsidios tanto a usuarios de gas por red como de gas envasado, con especial atención en los hogares de bajos ingresos y en las regiones sin acceso a la red de gas, donde la población depende principalmente del gas envasado para cubrir necesidades básicas como la cocción de alimentos.
Desde el organismo internacional destacaron que la iniciativa permitirá simplificar, armonizar y modernizar los distintos esquemas de subsidios al suministro de gas, mejorando su eficiencia y accesibilidad. En particular, se avanzará en la integración de los beneficiarios de gas envasado a un registro unificado, facilitando su acceso a subsidios y a programas complementarios.
Además, el Banco Mundial señaló que una mejor adecuación del esquema de subsidios a los patrones reales de consumo energético de los hogares contribuirá a mejorar la equidad del sistema, optimizar el uso de la energía, reducir el consumo, incentivar la eficiencia energética y disminuir gastos innecesarios en el sector.