Las Fuerzas Armadas de Francia deben prepararse para un posible choque militar “dentro de tres, cuatro años” con Rusia, advirtió Fabien Mandon, jefe del Estado Mayor, este miércoles durante una sesión de la comisión parlamentaria de Defensa.
El general fundamentó la necesidad de este nivel de alerta en “el esfuerzo de rearme” que atraviesa el país, cuyo plan contempla un gasto de 413.000 millones de euros (479.000 millones de dólares) en el área de defensa entre 2024 y 2030. “El primer objetivo que he dado a las Fuerzas Armadas es estar preparados para un choque dentro de tres, cuatro años”, declaró Mandon, quien sugirió que la confrontación podría presentarse de modo “más violento”, aunque reconoció que ciertos signos de hostilidad están manifestándose a través de acciones híbridas.
Mandon, al frente de las Fuerzas Armadas desde el 1º de septiembre, subrayó: “Rusia es un país que puede sentirse tentado de continuar la guerra en nuestro continente”. Sus valoraciones se alinean con las de los servicios de inteligencia alemanes, quienes la semana pasada señalaron la posibilidad de que Rusia esté “lista para entrar en conflicto militar directo con la OTAN” antes de 2029.
Según el general francés, Moscú mantiene la “percepción de una Europa colectivamente débil”, aunque insistió en que este panorama no debe intimidar si los países europeos mantienen su voluntad de defensa. En este contexto, sostuvo que el incremento del presupuesto militar resulta “crucial, ya en las percepciones”.
En línea con esta estrategia, el proyecto de presupuestos de Francia para 2026, la segunda economía de la Unión Europea y única potencia nuclear del bloque, estipula destinar un 2,2% del PIB al gasto militar, tal como confirmó Catherine Vautrin, ministra de Defensa.
La preocupación por la seguridad en Europa se agudizó tras el mensaje del presidente francés Emmanuel Macron en marzo de 2024, cuando dijo que la guerra desatada por la invasión rusa en 2022 representa una amenaza “existencial” para la región y para Francia.
Macron recalcó el martes que, a diferencia de Ucrania, “Rusia no ha dado hasta ahora muestras de querer alcanzar un acuerdo de paz con Kiev”.
En una rueda de prensa en Liubliana, Macron afirmó: “Desde enero pasado podemos escuchar que Rusia supuestamente desea la paz, y desde marzo pasado el presidente Zelensky se ha manifestado claramente dispuesto a firmar un acuerdo de paz, pero Rusia nunca ha respondido a ello”. En cuanto a posibles concesiones territoriales, el mandatario francés aseguró que “solo el presidente Zelensky puede negociar sobre ello, en nombre de Ucrania. Ucrania debe decidir al respecto”, reiterando que cualquier proceso de paz debe contar con la participación activa del gobierno de Kiev.
Según información publicada por el diario británico Financial Times, en la reciente reunión privada entre Donald Trump y Volodimir Zelensky tras la conversación telefónica del estadounidense con Vladimir Putin, Trump habría presionado para que Ucrania cediera la totalidad de la región de Donbás a Rusia. Macron, al respecto, insistió en que la decisión sobre el territorio corresponde exclusivamente a Ucrania.
Mientras tanto, Europa evalúa sus próximos pasos en materia de seguridad y apoyo a Ucrania. De acuerdo con fuentes diplomáticas citadas por el Gobierno alemán, los líderes de los países de la Unión Europea presentarán esta semana una posición unificada en la cumbre en Bruselas para respaldar a Zelensky, remarcando que cualquier negociación de paz debe partir de la situación actual en el terreno y no de cesiones previas a Rusia. En esa misma declaración conjunta, los mandatarios subrayaron la necesidad de una “paz duradera y robusta”.
El Consejo Europeo también prevé avanzar en el préstamo de reparación a Ucrania, por 140.000 millones de euros, financiado con el uso del efectivo proveniente de los activos rusos congelados. Esta iniciativa, aún en debate, busca establecer condiciones y garantías para el uso de los fondos, mientras persisten incertidumbres legales y el Banco Central Europeo pide evitar riesgos reputacionales y jurídicos para el euro, según expuso su presidenta Christine Lagarde, quien asistirá a la cumbre.
Asimismo, la cumbre abordará la adopción de una nueva ronda de sanciones contra Rusia, que incluye restricciones al sector de hidrocarburos y medidas para dificultar el funcionamiento de la llamada flota fantasma, la cual Rusia recurre para sortear sanciones previas.