En un gesto que sorprendió a ambos entornos diplomáticos, los presidentes de Estados Unidos, Donald Trump, y de Brasil, Luiz Inácio “Lula” da Silva, mantuvieron este martes una breve conversación informal en los pasillos de la Asamblea General de la ONU.
El encuentro, que no estaba previsto en la agenda oficial, sirvió como primer acercamiento entre ambos mandatarios en medio de crecientes tensiones bilaterales.
Según relató el propio Trump durante su discurso ante la Asamblea, el cruce fue casual pero ameno. “Yo estaba entrando y el líder de Brasil estaba saliendo. Nos vimos, yo lo vi, él me vio, y nos abrazamos. Acordamos reunirnos la próxima semana. No tuvimos mucho tiempo para hablar, unos 20 segundos. Viéndolo en retrospectiva, me alegra haber esperado, porque las cosas no salieron muy bien”, sostuvo el mandatario estadounidense.
Trump añadió que la charla fue cordial y que tuvo una impresión positiva del presidente brasileño. “Parecía un hombre muy agradable, de hecho. Y yo solo hago negocios con personas que me agradan. Cuando no me agradan, simplemente no me agradan. Es una buena señal”, remarcó.
Ambos presidentes coincidieron en programar una reunión formal para la semana siguiente, aunque no trascendieron detalles sobre el formato ni la sede del encuentro.
Contexto: tensiones por aranceles y sanciones
Este gesto de distensión se da en un momento marcado por una escalada diplomática entre ambos países. El gobierno de Trump impuso recientemente un arancel del 50% sobre productos brasileños, además de sanciones económicas contra el juez Alexandre de Moraes, del Supremo Tribunal Federal (STF), e incluso restricciones de visado a autoridades brasileñas. Las medidas fueron interpretadas como represalia por el juicio que enfrenta el expresidente Jair Bolsonaro, aliado cercano de Trump, en Brasil.
El propio Trump había calificado el proceso judicial contra Bolsonaro como una “caza de brujas” y había endurecido el tono contra el gobierno de Lula en las últimas semanas.
Las críticas de Lula en su discurso ante la ONU
Minutos antes del sorpresivo encuentro entre ambos, Lula había ofrecido un discurso con fuertes críticas al gobierno republicano, aunque sin mencionar directamente a Trump. En este escenario, hizo particular hincapié sobre el respeto por la soberanía de cada país, la necesidad de regular Internet y las nuevas herramientas de IA, la lucha contra el hambre en todo el mundo, la resolución de los conflictos armados - principalmente en Gaza y Ucrania -, el calentamiento global y la actual tensión en el comercio internacional, desatada a raíz de los aranceles recíprocos impuestos por Trump.
El líder brasileño se posicionó en las antípodas del mandatario estadounidense y abogó por un liderazgo mundial distinto, basado en el multilateralismo y el respeto por "la voz del sur global".
En medio de crecientes tensiones con el republicano por los aranceles del 50% impuestos a Brasil, Lula se erigió como una alternativa a los liderazgos globales actuales y lanzó dardos contra la administración estadounidense y su posicionamiento en diferentes temáticas que afectan hoy a diferentes países de todo el mundo.
"ONU simboliza la máxima expresión de las expresiones de paz y prosperidad. Hoy no obstante los ideales que inspiraron a sus fundadores en San Francisco se ven amenazados como nunca antes en su historia. El multilateralismo se encuentra en una encrucijada", aseguró en el comienzo de su discurso.
El punto de confrontación más alto llegó cuando Lula aseguró que Brasil vive "un ataque sin precedentes" a sus instituciones y economía. "La agresión contra la independencia del poder judicial es inaceptable. Esta interferencia en asuntos nacionales se ve asistida por una derecha extrema sometida, que siente nostalgia por las hegemonías del pasado", aseveró.
"Ante los ojos del mundo, Brasil envió un mensaje a los autócratas en ciernes y a quienes lo apoyan. Nuestra democracia y nuestra soberanía no se regatean", fue la respuesta del mandatario ante la creciente tensión también en el plano judicial, ante el apoyo de Trump al expresidente, Jair Bolsonaro, recientemente condenado por el máximo tribunal de justicia brasileño.
Sobre el comercio internacional, Lula analizó: "Pocos sectores han empeorado tanto como el sistema de comercio multilateral, con medidas unilaterales que han hecho que los principios fundamentales se conviertan en palabras huecas. Han alterado las cadenas de valor y echado por tierra la economía global que se ha sumido en una espiral perniciosa de altos precios y estancamiento. Es urgente refundar la OMC".