Internacional

Crisis en Bolivia: el Congreso aprobó la importación privada de combustibles para enfrentar la escasez

El Congreso de Bolivia aprobó en la madrugada del viernes una ley excepcional que autoriza la importación de combustibles por un periodo de tres meses, medida destinada a aliviar la aguda escasez que desde hace semanas provoca largas filas en las estaciones de servicio a lo largo de todo el territorio boliviano. En este nuevo marco legal, se permitirá por primera vez en décadas la participación de operadores privados en la compra internacional de diésel, gasolina y GLP (Gas Licuado de Petróleo), quienes podrán ingresar los productos sin pago de impuestos y bajo supervisión estatal, distribuyéndolos a precio de mercado si el Estado no logra satisfacer el 100% de la demanda.
La decisión responde a una crisis que ha generado serias afectaciones económicas y sociales, reflejada en las colas y el desabastecimiento, así como en una inflación interanual que en septiembre superó el 23%.


Hasta el momento, la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) había mantenido el monopolio de las importaciones, adquiriendo carburantes a precio internacional para luego subsidiar su distribución interna. Sin embargo, la política de subsidios auspiciada por el gobierno saliente de Luis Arce, cuyo mandato concluye el próximo 8 de noviembre, agotó casi todas las reservas internacionales de divisas del país.
La falta de dólares ha vuelto progresivamente irregular el abastecimiento y generó presión social y política para encontrar alternativas. Según un comunicado oficial de la Cámara de Diputados, esta norma “permitirá implementar medidas excepcionales que garanticen el abastecimiento nacional ante situaciones de emergencia”. El proyecto fue impulsado por organizaciones cívicas y empresariales mediante un mecanismo de iniciativa ciudadana.
Stello Cochamanidis, representante del Comité Cívico Pro Santa Cruz, organización promotora de la ley, describió a la televisora Unitel la situación en las ciudades: “Los surtidores tienen tres, cuatro filas. Ya no se puede pasar por muchas zonas porque no hay campo, porque la gente está haciendo colas”. El desabastecimiento ha impactado tanto a empresas como a ciudadanos particulares, y ha aumentado la presión sobre el gobierno saliente.

Fuente: Diario Panorama
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