La Selección Argentina Sub-20 dio un paso gigante en el Mundial al vencer por 2 a 0 a México y clasificarse a las semifinales del torneo, instancia que no alcanzaba desde Canadá 2007, cuando luego se consagró campeona. Con este resultado, Argentina asegura jugar los siete partidos del certamen y tendrá, como mínimo, el partido por el tercer puesto.
El equipo dirigido por Diego Placente mostró nuevamente un fútbol ofensivo y sólido, combinando presión alta y salida rápida al contraataque. El primer gol llegó gracias a Maher Carrizo, tras un rebote del arquero Ochoa luego de un remate de Acuña. Más tarde, Mateo Silvetti, tras una gran jugada de Villalba, convirtió el segundo tanto a pura potencia, recordando la eficacia de los grandes delanteros argentinos. La dinámica y criterio de Prestianni también fueron claves en la construcción de juego.
Argentina consiguió su tercer partido consecutivo con la valla invicta, demostrando que además de atacar sabe defender, con delanteros y volantes solidarios que se repliegan tras la pérdida. La Selección mostró plasticidad para adaptarse a distintos momentos del partido y alternativas para superar a cualquier rival.
A pesar de no contar con figuras como Mastantuono, Echeverri, Carboni y Ruberto, Placente armó un equipo que trasciende el talento individual gracias a su estructura colectiva. Hasta seis futbolistas diferentes han marcado en lo que va del torneo: Carrizo, Silvetti, Sarco, Subiabre, Gorosito y Andino, reflejando un funcionamiento donde todos llegan a posición de gol.
Con esta solidez colectiva y el protagonismo de jóvenes que prometen, Argentina reúne argumentos para soñar en grande en el Mundial Sub-20. El próximo desafío será el miércoles, ante Colombia, por un lugar en la gran final del torneo.