Un local gastronómico del barrio porteño de Palermo fue denunciado por ruidos molestos y olores nauseabundos y ante la acusación se realizó una inspección donde se dictaminó la clausura del comercio.
A través de una inspección integral se comprobó que el restaurante, ubicado en la calle Bulnes al 1700, contaba con falta de adecuación a la ley de contaminación acústica y otras contravenciones.
Conforme a lo anunciado por el Ministerio Público Fiscal porteño, la denuncia fue radicada por la administración del edificio ubicado en la parte superior del local, en donde se referían por “ruidos molestos y olores nauseabundos que afectaban a los vecinos”.
En ese marco, “la Unidad Fiscal Especializada en Materia Ambiental (UFEMA) ordenó una inspección integral que fue coordinada por el Cuerpo de Investigaciones Judiciales (CIJ) del Ministerio Público Fiscal de la Ciudad y que se realizó con organismos de control del GCBA”.
Durante el procedimiento se estableció que el local no contaba con las medidas de protección medioambientales necesarias, así como tampoco con el límite sonoro permitido.
Por tal motivo, se labraron actas por “falseamiento de datos del plano de habilitación y por falta de higiene generalizada, por trascendencia de olores molestos de intensidad grado 3 a las viviendas linderas”.
El fiscal Rolero Santurián dispuso la clausura judicial hasta tanto el local resuelva las irregularidades.
Los organismos convocados por el CIJ fueron la División Delitos Ambientales de la Policía de la Ciudad, la Dirección General de Fiscalización y Control, la Dirección General de Higiene y Seguridad Alimentaria, la Dirección General de Fiscalización Urbana, la Unidad Operativa de Fiscalización Integral y la Dirección General Contaminación Ambiental (DGCONTA).