La ciencia argentina dio un paso histórico con la puesta en marcha del primer laboratorio de máxima seguridad biológica (BSL-4) de América Latina, ubicado en la ANLIS Malbrán. Esta infraestructura coloca al país en la primera línea mundial en materia de prevención, detección e investigación de enfermedades emergentes de alto riesgo, como el Ébola, el Marburgo, hantavirus y fiebres hemorrágicas.
Con la inauguración de este espacio, la Argentina se suma a la red internacional de laboratorios de bioseguridad más avanzados del mundo, reforzando además su papel estratégico en la salud pública regional.
El BSL-4 de la ANLIS Malbrán fue diseñado bajo los más altos estándares internacionales de bioseguridad. Permite el trabajo seguro con patógenos extremadamente peligrosos, el desarrollo de pruebas diagnósticas rápidas y precisas, la investigación de antivirales y vacunas y la capacitación de especialistas de toda la región.
La inversión de $500 millones realizada por la actual gestión incluyó la instalación de sistemas de aire con presión negativa y filtros HEPA, válvulas herméticas de seguridad, un autoclave de frontera para eliminar bacterias y virus, y un sistema digital de gestión inteligente (Building Management System) que controla en tiempo real cada componente del laboratorio.
Además, se adquirieron compresores y tanques de aire respirable redundantes para los trajes presurizados de máxima protección que usan los investigadores, y se construyó una planta de tratamiento de efluentes que garantiza la eliminación segura de los desechos.
El nuevo laboratorio no sólo fortalece la respuesta nacional frente a emergencias sanitarias, sino que también consolida una alianza estratégica con Estados Unidos. Expertos de Health Security Partners y del Departamento de Estado norteamericano participaron en la capacitación de los equipos locales en temas de bioseguridad, biocustodia y respuesta ante incidentes.
“Este laboratorio marca un antes y un después en la historia de la salud argentina”, señalaron las autoridades durante la inauguración, encabezada por el ministro de Salud, Mario Lugones, junto al jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y la directora de la ANLIS Malbrán, Claudia Perandones.
Con este avance, Argentina refuerza su soberanía científica y sanitaria, y se convierte en un referente regional para enfrentar los desafíos que plantean las enfermedades emergentes y las amenazas biológicas, naturales o deliberadas.